Tal y como aparece recogido en un artículo de la Revista Jano, publicado el 10 de abril de 2012, los pacientes afectados de psoriasis presentan un riesgo elevado de sufrir problemas de depresión. En concreto, el 30% de las personas con psoriasis moderada-grave desencadena depresión y el 10% manifiesta ideación suicida, como consecuencia del impacto y las limitaciones que supone el padecimiento de esta enfermedad física. |
Según se recoge en dicha nota de prensa, la psoriasis puede generar sentimientos de desesperanza, pérdida de autoestima y seguridad, provocando el aislamiento social del paciente y la ruptura de sus redes sociales.
Precisamente el Instituto Nacional para la Salud y la Excelencia Clínica del Reino Unido (National Institute for Health and Clinical Excellence, NICE) publicó hace unas semanas un informe en el que justificaba la necesidad de abordar los problemas de salud mental de las personas que sufren enfermedades físicas de larga duración, tales como asma, trastornos cardiovasculares, diabetes, hipertensión, artritis o cáncer, dado el elevado riesgo de sufrir ansiedad y depresión y los costes asociados a la desatención de estos problemas psicológicos en dicho colectivo de pacientes.
En el informe, titulado Long-term conditions and mental health the cost of co-morbidities (Enfermedades crónicas y salud mental el coste de la co-morbilidad), los expertos del NICE advirten de la tendencia sesgada de los profesionales de la medicina que atienden a este tipo de pacientes a centarse en los síntomas físicos, obviando la carga psicológica que supone para estas personas enfrentar una situación de enfermedad crónica. Por este motivo, el NICE recomienda que la evaluación de los problemas de ansiedad y depresión debería establecerse de manera rutinaria y sistemática en todos los pacientes con patologías físicas crónicas.
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