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En esta época de incertidumbres y recortes para la enseñanza, parece pertinente preguntarse por el efecto de estas amenazas en el estrés del profesorado, por ello una reciente investigación llevada a cabo por profesores de la Universidad Ramon Llull y de la Universidad Autónoma de Barcelona han estudiado el nivel de burnout docente en profesores de centros concertados. Entre las enfermedades asociadas al estrés laboral de los docentes, el burnout o síndrome de quemarse por el trabajo (SQT) es una de las más extendidas. Algunos estudios sugieren que éste puede llegar a afectar a más del 30% de los docentes. Pese a que esta cifra puede ser considerada alarmista, no cabe duda que pone de relieve la dimensión de un problema que sin duda afecta a la calidad educativa. Este trastorno de estrés crónico aparece causado por una combinación de características personales, como la necesidad de reconocimiento profesional o la vulnerabilidad personal, y del entorno laboral. Entre ellas cabe destacar la convivencia al aula, la precariedad laboral, las demandas sobre el profesorado, la antigüedad en el puesto (a más edad más riesgo) y el ciclo educativo (los profesores de secundaria parecen más expuestos) o el tipo de centro (los centros públicos serán más generadores de estrés). | |||||
Pese a ello, pocas investigaciones han analizado la importancia de los aspectos organizativos de los centros, que en nuestro país es especialmente relevante si tenemos en cuenta la existencia de una doble organización educativa: centros públicos y centros concertados. Por ello, nuestro estudio se centró en caracterizar el burnout del profesorado de centros concertados y conocer el efecto de la organización del centro y la gestión del aula sobre el estrés docente. Participaron 1360 docentes de 38 centros concertados catalanes repartidos por toda la geografía de comunidad autónoma. La muestra estaba compuesta por un 69% de mujeres, con una edad media de 39,3 años. El profesorado respondió el test MBI de burnout y un nuevo cuestionario de gestión y organización pedagógica del centro y del aula. Los resultados indican que el 14,2% de los docentes de la muestra tienen niveles de riesgo alto de agotamiento emocional; el 10,1%, tienen bajos niveles de realización personal, y el 9,9 %, alta despersonalización. En conjunto, un 25,5% de los docentes presenta algún riesgo de burnout, pero sólo un 6,4% se encuentra en situación de riesgo muy alto (valores elevados en 2 y 3 dimensiones en riesgo). Desde este punto de vista, y comparando con los estudios más recientes, no parece haber menos estrés severo entre el profesorado de los centros concertados respecto a los centros públicos.
En definitiva, hemos encontrado argumentos sólidos que justifican la necesidad de superar la concepción del burnout docente como un fenómeno característico de profesores de mayor edad que imparten clases en la educación secundaria. Por el contrario, si consideramos la organización escolar y la gestión pedagógica, descubrimos que inciden directamente en la reducción del agotamiento emocional. Así, conseguir que los centros educativos sean organizaciones profesionales eficaces y con sentido para los docentes evita el cansancio emocional y agotamiento, mientras que dotar a los docentes de las competencias necesarias para una buena gestión del aula tendría un efecto preventivo, dada su incidencia positiva en evitar la despersonalización y aumentar la satisfacción personal. Estos resultados deberían tener implicaciones directas en los procesos de formación inicial y continua de los docentes y directores/as de centros educativos. El artículo completo puede encontrarse en la Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones:Longas, J.; Chamarro, A.; Riera, J. y Cladellas, R. (2012). La incidencia del contexto interno docente en la aparición del Síndrome del Quemado por el Trabajo en profesionales de la enseñanza. Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones, Vol. 28 (2), 107-118. | |||||
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