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Ayer 25 de noviembre se celebró el Día Internacional contra la Violencia de Género. El objetivo de este día es concienciar y sensibilizar a la población sobre este grave problema, que hoy en día sigue afectando a un 70% de las mujeres en algún momento de su vida. Por este motivo Infocop ha pedido a un equipo de expertos de la Universidad del País Vasco, que elaboren una reseña de su reciente artículo sobre el maltrato psicológico. Hasta fechas recientes, el maltrato psicológico a los niños y adolescentes en la familia ha sido la tipología de maltrato infantil que menos atención ha recibido por la comunidad investigadora y profesional a pesar de las numerosas evidencias que indican que se trata de una de las tipologías más frecuentes, probablemente la más devastadora, y la que más desafíos presenta para su identificación y abordaje. Numerosas investigaciones han constatado el amplio espectro de efectos negativos del maltrato psicológico infantil a lo largo del ciclo vital, constituyendo un factor de alto riesgo para la aparición de problemas graves y persistentes en el funcionamiento y desarrollo a lo largo de la infancia, adolescencia y madurez. Éstos incluyen, entre otros, problemas en el funcionamiento y desarrollo emocional, problemas comportamentales, en las relaciones interpersonales, problemas de aprendizaje y problemas físicos. | |||||
Cuando se presenta de forma aislada, los efectos del maltrato psicológico son de una severidad similar y en ocasiones mayor que otras tipologías como el maltrato físico, el abuso sexual o la negligencia. Pero el maltrato psicológico adquiere una relevancia aún mayor porque muy frecuentemente se presenta asociado a otras tipologías y es precisamente su presencia la que provoca las secuelas más usuales y duraderas de aquéllas. Así, en la mayoría de casos de maltrato físico, abuso sexual o negligencia, no es el componente físico el que provoca un daño significativo en el niño, sino el componente emocional negativo que acompaña a la conducta maltratante. El abordaje del maltrato psicológico presenta numerosos desafíos para investigadores y profesionales. Entre ellos se encuentran las dificultades para su definición, identificación y valoración de su gravedad, o para la determinación de los límites a partir de los cuales se ha de intervenir en la vida familiar. La disposición de criterios claros para diferenciar, dentro del continuo del comportamiento parental, lo que constituye un comportamiento parental inadecuado o disfuncional y el maltrato psicológico reviste gran importancia (Garbarino, 2011; Wolfe y McIsaac, 2011). Diversos estudios realizados en otros países, han mostrado que comportamientos parentales como gritar, insultar o amenazar a los niños son muy frecuentes en la población general, con porcentajes que se sitúan entre el 45 y el 86% según estudios.
El Instrumento Balora se elaboró para ayudar a los profesionales de los Servicios de Protección Infantil de la Comunidad Autónoma del País Vasco en este objetivo (para una descripción más detallada de sus fundamentos y contenido puede consultarse Arruabarrena, 2011). Los resultados de la investigación llevada a cabo para probar su funcionamiento mostraron, en la misma línea que investigaciones previas, que la valoración de la gravedad de las situaciones de maltrato psicológico constituye un desafío importante para los profesionales de la psicología que trabajan en los Servicios de Protección Infantil. En términos globales, los resultados mostraron que la utilización del Instrumento Balora incrementa de forma significativa el acuerdo y disminuye los errores en este tipo de valoración. El incremento se produjo incluso con un conocimiento básico y una familiarización limitada con el instrumento, aunque análisis más estrictos únicamente mostraron un efecto estadísticamente significativo en profesionales que disponían de un conocimiento y una familiarización prolongada con el instrumento. Los resultados de esta investigación apoyan la necesidad de que los profesionales de la psicología de los Servicios de Protección dispongan de instrumentos que les ayuden en la valoración de los casos de maltrato psicológico y reciban formación específica en su utilización. Pero eso sólo no es suficiente, y parece importante un proceso más prolongado de aplicación, conocimiento en profundidad y familiarización con el instrumento para lograr su máximo aprovechamiento. La utilidad potencial de un instrumento de estas características no se limita a los profesionales de la psicología de los Servicios de Protección Infantil, sino también de otros servicios p.ej., salud mental, educativos, judiciales-, que ejercen como agentes de detección y con frecuencia colaboran en la valoración de los casos de maltrato infantil. El artículo completo puede encontrarse en la Revista Psicothema:Arruabarrena, I.; De Paúl, J.; Indias, S. y Ullate, M. (2013). Psychologists and child psychological maltreatment severity assessment. Psicothema, vol. 25 (4), 482-487. | |||||
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