|
|||
La violencia en las relaciones de noviazgo entre adolescentes o jóvenes (VN) es un hecho que repercute gravemente en la salud física y psicológica de las víctimas y en sus relaciones interpersonales. Esta violencia tiene diversas manifestaciones que van desde las amenazas y las conductas controladoras, hasta las agresiones verbales, físicas y sexuales. Si bien se origina de forma insidiosa mediante interacciones que suponen el aislamiento, actitudes de hostilidad, humillación o el control de la otra persona, el uso reiterado y tolerado de estos comportamientos sigue de manera progresiva hacia conductas de mayor gravedad como la violencia física o sexual con las que finalmente coexiste. Algunos factores contribuyen a la permanencia y cronicidad de la VN, entre los que cabe destacar la presencia de mitos o creencias sobre la relación de pareja y el amor romántico (por ejemplo, «el amor lo puede todo», «los celos son una muestra de amor», etc.), los estereotipos de género, la violencia en la propia familia, la mayor antigüedad de la relación y el nivel de compromiso, la minimización y la negación de los comportamientos violentos, así como la asunción de las agresiones como forma de solucionar conflictos o como algo inherente a la relación. |
|
||
Una característica resaltable de este tipo de violencia entre parejas jóvenes es su carácter recíproco o bidireccional en mayor medida que la violencia que se produce en parejas adultas, sobre todo en las agresiones de tipo verbal-emocional. Así, es muy frecuente que ambos miembros de la pareja actúen como víctimas y victimarios, siendo fundamental la intervención psicológica centrada además en la interacción. La investigación sobre factores de riesgo y variables asociadas a la VN se ha ido desarrollando considerablemente en las últimas tres décadas mediante diversos estudios empíricos que, de manera independiente, han analizado dichas variables y también en algunos trabajos de revisión. Sin embargo, se echaba en falta un estudio exhaustivo que permitiese identificar las variables más relevantes y el papel que desempeñan con respecto a la VN. Para ello, se ha realizado una extensa revisión en las bases de datos bibliográficas más prestigiosas, la cual ha permitido identificar más de 30 variables asociadas a este fenómeno de preocupante actualidad. Para facilitar su estudio, dichas variables se han clasificado en (inter)personales, propias de los implicados (biológicas, conductuales, psicológicas y relacionales) y situacionales, externas a los implicados y asociadas al entorno físico, histórico, familiar, económico, social y comunitario. Con este trabajo se ha puesto de relieve que no todas estas variables desempeñan idéntica función. Así, mientras que algunas de ellas pueden actuar como precipitantes de la violencia, otras lo hacen como facilitadoras, moderadoras o inhibidoras dependiendo de su signo (presencia/ausencia), intensidad o contexto en el que se manifiestan. En la figura 1 pueden verse las variables (inter) personales y las situacionales agrupadas en función del papel que desempeñan en la agresión cometida y en la agresión sufrida. Conviene destacar que una misma variable puede tener diferentes papeles, como por ejemplo, el estrés psicosocial, que puede funcionar como una variable precipitante en la agresión y como una variable facilitadora de la victimización.
Más allá de las relaciones bien establecidas entre algunas variables y la VN, en esta investigación también se han encontrado resultados contradictorios en relación con algunas de ellas. Así, por ejemplo, los estudios revisados ofrecen datos contradictorios en la prevalencia de la violencia psicológica y física leve en función del sexo, y no queda claro si ser varón o mujer facilita la agresión o la victimización en estas parejas. La presencia de estas controversias, alerta de la necesidad de explorar e investigar con más profundidad estas relaciones y la apertura de nuevas líneas de investigación que logren explicar estas discrepancias. En definitiva, identificar y delimitar el papel que desempeña el numeroso elenco de variables asociadas a la VN parece ser crucial para el desarrollo y mejora de los programas de prevención primaria en entornos educativos y comunitarios. Muestra de ello son aquellos programas que, teniendo en cuenta algunas de estas variables como son las actitudes respecto a la violencia, los roles tradicionales y estereotipos de género, las habilidades de comunicación, la resolución pacífica de conflictos y solución de problemas o la mejora en la autoestima, han mostrado su eficacia en la disminución de las agresiones y la victimización en el noviazgo produciendo efectos positivos a corto y a largo plazo. La eficacia de estos programas sugiere la conveniencia de implementar actuaciones preventivas a nivel primario sobre las variables asociadas a la violencia (por ejemplo, alcohol y drogas) y a nivel secundario mediante el apoyo psicológico a las víctimas y el tratamiento de los agresores. La identificación, clasificación y análisis del papel desempeñado por las variables asociadas a la VN constituye solo una primera aproximación al estudio de este complejo objeto de estudio. El elevado número y la heterogeneidad de variables halladas complican la realización de una revisión sistemática global; sin embargo, abre una nueva avenida para la realización de revisiones sistemáticas parciales para cada una de las variables identificadas. El artículo completo puede encontrarse en la Revista Anuario de Psicología Jurídica 2015:Rubio-Garay, F., Carrasco, M.A., Amor, P.J. y López-González, M.A. (2015). Factores asociados a la violencia en el noviazgo entre adolescentes: una revisión crítica. Anuario de Psicología Jurídica 2015, 25 (1), 47-53. |
|||
|
|||
|