La terapia de conversión sexual (o reorientación sexual) tiene como finalidad conseguir el cambio de la orientación sexual de personas homosexuales y bisexuales para convertirlos en heterosexuales o para eliminar o disminuir sus deseos y comportamientos homosexuales. Esta terapia, que puede incluir diferentes técnicas y orientaciones como la modificación de conducta, la terapia de aversión, el psicoanálisis, la oración o el consejo religioso, no cuenta con el apoyo científico necesario para justificar su uso. Es más, su utilización ha resultado ser contraproducente, como lo demuestra el caso de Leelah Alcorn, una chica trans de 17 años de Ohio, que se sometió por deseo de sus padres a una terapia cristiana de deshomosexualización, generándola un mayor sufrimiento y agudizando su depresión hasta el punto de suicidarse en el año 2014, y cuyo testimonio, a través de su carta de suicidio, trascendió a los medios de comunicación, generando un intenso debate en EE.UU. | |||
Precisamente su reveladora carta, en la que escribía que la única forma de que descanse en paz es que un día las personas trans no sean tratadas de la misma forma que me han tratado a mí, sino que sean tratadas como seres humanos, con sentimientos válidos, con derechos , ha sido el detonante para la elaboración de un informe de revisión por parte de la Administración de Abuso de Sustancias y de Servicios de Salud Mental (Substance Abuse and Mental Health Service Administrtation: SAMHSA) del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos. Dicho informe, titulado El fin de la terapia de conversión sexual: apoyando y afirmando a los jóvenes LGTBQ (Ending conversion therapy: supporting and affirming LGBTQ youth), recoge información precisa sobre las prácticas terapéuticas eficaces e ineficaces relacionadas con la orientación sexual, la identidad de género y la expresión de género de niños y adolescentes, mediante una revisión de la literatura científica existente. Las principales conclusiones del informe establecen que:
Si bien la terapia de conversión sexual resulta una práctica desaconsejada, existen una serie de aproximaciones de salud conductual que son consistentes con el consenso de expertos, que están apoyadas por la evidencia y respaldadas por las principales asociaciones de profesionales, como la Asociación Americana de Psicología. Entre estas buenas prácticas que se deben aplicar cuando se proporcione atención a niños, adolescentes y familias, y tal como se detalla en el informe, se incluyen:
Según se establece en el documento, la eliminación de la práctica de la terapia de conversión sexual en menores LGTBQ constituye un avance importante, pero no reducirá el amplio abanico de factores de estrés que experimentan como resultado de las concepciones erróneas interpersonales, institucionales y sociales y la discriminación en contra del colectivo de LGTBQ. | |||
Se puede acceder al documento en el siguiente enlace: Ending conversion therapy: supporting and affirming LGBTQ youth | |||
Un estudio advierte nuevamente sobre los efectos adversos de las terapias de conversión sexual y de identidad de género
La revista The Lancet Psychiatry publicó en septiembre de 2024 un estudio transversal sobre cómo haber realizado una terapia de conversión sexual o de identidad de género o ambas se asocia a problemas de salud mental (…)