De esta manera, según el NICE y partiendo de la revisión de la literatura científica, la atención es de calidad si cumple con los siguientes criterios que constituyen aspectos prioritarios:
Las personas que están en el final de la vida son identificadas de manera temprana.
Las personas que están en el final de la vida y sus familiares y cuidadores se sienten satisfechos sobre cómo es la comunicación que se establece con ellos, siendo informados de manera apropiada a sus deseos, así como recibiendo el apoyo necesario para tomar las decisiones referentes a su cuidado.
A las personas que se acercan al final de la vida se les proporciona una evaluación holística integral, que de respuesta a los cambios en sus necesidades y preferencias, con la oportunidad de poder debatir, tomar parte y revisar su plan de atención personalizado tanto para el apoyo y tratamiento actual como futuro.
Las personas que se encuentran en el proceso final de la vida tienen cubiertas de manera eficaz y adecuada sus necesidades físicas y psicológicas, a cualquier hora del día o de la noche.
A las personas que están en el final de la vida se les ofrece un apoyo personalizado y oportuno para sus necesidades sociales, prácticas y emocionales, que es ajustado a sus preferencias y maximiza la independencia y participación social durante el mayor tiempo posible.
A las personas que están en el final de la vida se les ofrece apoyo espiritual y religioso adecuado a sus necesidades y preferencias.
A los familiares y cuidadores de personas que están al final de la vida se les ofrecen evaluaciones holísticas integrales en respuesta a los cambios en sus necesidades y preferencias, así como un apoyo integral adecuado a sus necesidades y preferencias actuales.
Las personas que se encuentran al final de la vida reciben una atención consistente que está coordinada eficazmente a lo largo de los contextos y servicios relevantes en su atención en cualquier momento del día o de la noche, y es llevada a cabo por profesionales sanitarios que están al tanto de la medicación actual, el plan de atención y las preferencias del paciente.
Ante una crisis las personas que se encuentran al final de la vida reciben una atención urgente, segura y eficaz, adecuada a sus necesidades y preferencias, y en cualquier hora del día o de la noche.
A las personas que están al final de la vida y que pueden beneficiarse de los cuidados paliativos se les ofrece esta atención en el momento oportuno y de manera adecuada a sus necesidades y preferencias, a cualquier hora del día o de la noche.
El cuerpo de la persona fallecida es tratado de manera digna y culturalmente sensible.
Las familias y los cuidadores de personas que han fallecido reciben la verificación y certificación de la muerte de manera oportuna.
Las personas que están directamente afectadas por el fallecimiento del ser querido reciben una comunicación sensible por parte de los profesionales y se les ofrece apoyo emocional y espiritual para el duelo inmediato y posterior, de manera ajustada a sus necesidades y preferencias.
Los profesionales sanitarios y sociales tienen los conocimientos, habilidades y actitudes necesarios para ser competentes en proporcionar una atención de alta calidad a las personas que se acercan al final de la vida, así como a sus familiares y cuidadores.
Los servicios de atención primaria y especializada que prestan atención a las personas que se encuentran al final de la vida y a sus familiares y cuidadores cuentan con un equipo de trabajo suficiente en número y en combinación de habilidades para proporcionar atención y apoyo de alta calidad.