Una minoría de niños y adolescentes con problemas de salud mental tiene acceso al tratamiento psicológico. Las razones de esta situación son poco conocidas; sin embargo, es bien sabido el rol clave que pueden desempeñar los padres en el acceso del niño a este tipo de tratamiento, por lo que es fundamental conocer su opinión acerca de los factores que impiden o facilitan el acceso a los servicios de atención psicológica, de cara a encontrar soluciones eficaces antes estas circunstancias. Así lo afirma un estudio llevado a cabo en Reino Unido, titulado What do parents perceive are the barriers and facilitators to accessing psychological treatment for mental health problems in children and adolescents? A systematic review of qualitative and quantitative studies (¿Cuáles son las barreras y facilitadores percibidos por los padres a la hora de acceder al tratamiento psicológico de los problemas de salud mental en niños y adolescentes? una revisión sistemática de estudios cualitativos y cuantitativos), cuyo objetivo, tal y como su título indica, es el de analizar los datos procedentes de los diferentes estudios publicados en relación con este tema, a fin de conocer el motivo de las bajas tasas de acceso a esta modalidad de tratamiento. |
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En su justificación, los autores ponen de relieve la existencia de diferentes investigaciones, así como encuestas nacionales realizadas en Reino Unido, Australia y Estados Unidos, que informan reiteradamente sobre las dificultades de acceso a los tratamientos psicológicos infanto-juveniles, estimando que sólo entre el 25% y el 56% de los niños y adolescentes con trastornos de salud mental acceden a estos servicios especializados (Green et al., 2005; Merikangas et al., 2011; Lawrence et al., 2015), y detectando tasas de acceso particularmente bajas cuando presentan problemas internalizantes, en comparación con los problemas de externalización (Green et al., 2005; Merikangas et al., 2011). Con el propósito de explicar las razones por las que se dan estas bajas tasas de acceso, algunas investigaciones se han centrado en la identificación de predictores de uso de estos servicios (por ej., características sociofamiliares, la gravedad de los problemas del niño, etc.). No obstante, existen otros estudios basados en la investigación de los modelos de comportamiento de búsqueda de ayuda, para conceptualizar las diferentes etapas y procesos implicados en el acceso al tratamiento de los problemas de salud mental infanto-juveniles (a saber, reconocimiento de las dificultades del niño por parte de los padres, la decisión o intención de buscar ayuda y el contacto con los servicios). Los datos de esta revisión ponen de manifiesto el rol que los padres pueden desempeñar en el acceso al tratamiento de los problemas de salud mental de sus hijos (Stiffman et al., 2004), y apuntan a una serie de barreras y facilitadores potenciales que los padres pueden enfrentar en el proceso de búsqueda y obtención ayuda, que se sintetizan en 4 temas clave:
Tal y como concluyen los autores del estudio, esta revisión destaca varias áreas clave de intervención potencial para minimizar las barreras percibidas, con el fin de mejorar las tasas de acceso al tratamiento de los problemas de salud mental en los niños. En relación con los sistemas de salud mental, consideran fundamental garantizar la provisión y disponibilidad gratuita de los servicios. Ofrecer servicios flexibles también facilitaría la búsqueda de ayuda a muchas familias (por ejemplo, ofrecer servicios de atención en los centros educativos y de Atención Primaria). Por otra parte, el beneficio potencial de garantizar que los profesionales que trabajan en el sistema de salud mental, cuentan con la formación y habilidades necesarias para desarrollar relaciones de confianza con las familias, adoptar un enfoque de apoyo y coordinarse con otros profesionales. Además de la mejora en los sistemas de salud mental, también se ilustran los beneficios potenciales de los enfoques centrados en la mejora del conocimiento y la comprensión de las dificultades de salud mental infantil, así como el proceso de búsqueda de ayuda. El hecho de habilitar a los padres con conocimientos y herramientas para ayudarles a identificar problemas de salud mental en los niños, y centrarse específicamente en las actitudes estigmatizantes hacia los padres y la cultura de la culpa parental, puede ayudar a superar algunas barreras clave en la búsqueda de ayuda. Por ende, la sensibilización y la comprensión sobre la ayuda profesional disponible y el proceso que implica esta búsqueda para los problemas de salud mental infanto-juvenil, podría ayudar a que las familias cuenten con los conocimientos necesarios sobre dónde y cómo buscar ayuda, y fomentar actitudes positivas hacia los beneficios potenciales del tratamiento psicológico. |
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