El importante papel del Psicólogo en las enfermedades cardíacas, según la APA
29 Sep 2017

Hoy, 29 de septiembre, se celebra el Día Mundial del Corazón, una fecha instaurada bajo el auspicio de la de la Federación Mundial del Corazón (World Heart Federation-WHF), que en España organiza la Sociedad Española de Cardiología y la Fundación Española del Corazón, en la cual se pretende sensibilizar a la sociedad sobre las enfermedades cardiovasculares, sus factores de riesgo, su prevención, control y tratamiento.

Las Enfermedades Cardiovasculares (ECV) son la principal causa de muerte en todo el mundo (siendo responsables de más de 17 millones de muertes al año), y se prevé que si continuamos con nuestro estilo de vida actual, esa cifra no solo no descenderá, sino que alcanzará los 23 millones de muertes anuales en el año 2030. Así lo afirma la Organización Mundial de la Salud (OMS), que estima que cada año mueren más personas por ECV que por cualquier otra causa. En nuestro país, concretamente, las cifras del INE sitúan a las Enfermedades Cardiovasculares entre las primeras causas de muerte en España.

La OMS indica que este tipo de enfermedades podrían prevenirse actuando sobre factores de riesgo comportamentales, tales como el consumo de tabaco, las dietas malsanas y la obesidad, la inactividad física o el consumo nocivo de alcohol, etc.

En esta misma línea, la APA (American Psychological Association-Asociación Americana de Psicología), recuerda que sufrir un ataque cardíaco o ser diagnosticado con trastorno cardiovascular, es un suceso que cambia la vida y supone un desafío a nivel emocional, al implicar una serie de cambios necesarios en el estilo de vida de la persona en cuestión. A este respecto, subraya el importante papel que pueden jugar los profesionales de la Psicología ayudando a las personas con enfermedades cardíacas a instaurar estilos de vida más saludables y a lidiar con las reacciones emocionales que esto puede suponer, ofreciendo apoyo ante cualquier contratiempo y trabajando de forma conjunta con el cardiólogo para decidir cuáles son las opciones de tratamiento más adecuadas.

En relación con lo anterior, ha publicado en su página Web un artículo a través del cual aconseja llevar a cabo un estilo de vida saludable para el corazón, estableciendo para ello las siguientes recomendaciones:

  • Ser más activo. El ejercicio es una parte importante de un estilo de vida saludable para el corazón. El ejercicio regular puede ayudar a mantener las arterias flexibles y abiertas, reduciendo la posibilidad de bloqueo. Es aconsejable establecer con el cardiólogo y un psicólogo un plan de ejercicio adecuado para la persona.

  • Comer sano. Una dieta sana es esencial para mantener un nuevo estilo de vida. Es fundamental centrarse en el desarrollo de hábitos alimenticios saludables, convirtiéndose en parte de la vida cotidiana.

  • Manejar el estrés. Existe amplia evidencia que subraya el rol del estrés en el desarrollo de diferentes problemas de salud, incluyendo un mayor riesgo de enfermedades cardíacas. La regulación del estrés es una parte importante de la prevención y el tratamiento de este tipo de enfermedades. Numerosos estudios han demostrado que el manejo del estrés puede ayudar a controlar mejor el ritmo cardíaco y la presión arterial.

  • Reconocer las emociones negativas y lidiar con ellas. Tras sufrir un ataque al corazón, la persona puede experimentar síntomas de ansiedad y depresión (según la APA, el 33% de los pacientes con ataque cardíaco puede desarrollar algún grado de depresión). El reconocimiento y abordaje de cualquier emoción negativa y malestar es trascendental en la recuperación y el mantenimiento de una buena salud.

  • Evitar el burnout. Seguir las prescripciones, hacer ejercicio regularmente y elegir alimentos saludables puede parecer abrumador. Algunas investigaciones muestran que las personas con enfermedades cardiovasculares pueden experimentar burnout en algún momento. El Burnout puede hacer que la persona se sienta agotada tanto física como mentalmente y puede afectar de forma negativa a sus esfuerzos para cambiar el estilo de vida. Para reducir el agotamiento, es importante tener en cuenta que los pequeños pasos pueden conducir a un cambio a largo plazo. En este sentido, es esencial recordar que se está emprendiendo un camino más saludable, y tomarse un tiempo para celebrar los esfuerzos.

Fuente: APA

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