El Grupo de Investigación AITANA (Análisis, Intervención y Terapia Aplicada con Niños y Adolescentes) de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, ha iniciado un nuevo proyecto, Detecta-Web, para la detección precoz de problemas psicológicos en niños y adolescentes en el ámbito escolar. Dada la relevancia y novedad de esta iniciativa, Infocop tiene el placer de entrevistar a José Antonio Piqueras Rodríguez, director del proyecto Detecta-Web y profesor en la Facultad de Psicología de la UMH. | |
ENTREVISTA
Recientemente, se ha puesto en marcha, un proyecto pionero en el ámbito escolar, Detecta-Web. Como responsable del mismo, ¿podría especificarnos en qué consiste?
El nombre del proyecto completo es Detección de problemas psicológicos emocionales en el ámbito escolar a través de una Web en adolescentes (DETECTA-WEB-A). El objetivo general del estudio es analizar la fiabilidad, validez, viabilidad y utilidad de un programa de detección temprana a través de Internet para identificar los trastornos emocionales más frecuentes en adolescentes de 12 a 18 años: trastornos de ansiedad (ansiedad de separación, ansiedad generalizada, estrés postraumático, fobia social, trastorno de pánico, agorafobia, fobias específicas y trastorno obsesivo-compulsivo) y depresión. El desarrollo de este protocolo de detección de los trastornos más comunes en niños y adolescentes es el primer paso para desarrollar una nueva línea de investigación aplicada para la intervención temprana en problemas de salud mental infantil a través de Internet en contextos comunitarios españoles, tales como el escolar y el sanitario.
¿Cuáles han sido las necesidades detectadas que han motivado la puesta en marcha de este proyecto?
Podríamos hablar de dos ideas generales que justifican este proyecto.
Por una parte, habría que referirse a las propias características de los problemas de ansiedad y depresión. Así, es bien conocida la elevada prevalencia de los trastornos de ansiedad y depresión, el malestar clínicamente significativo que producen, las repercusiones negativas en los ámbitos familiar, escolar y social, la elevada comorbilidad con otros trastornos mentales, la persistencia y la relación con otros problemas de ansiedad y de depresión en la etapa adulta, así como la insuficiente atención que reciben. Además, estos dos grupos de trastornos emocionales suelen pasar desapercibidos en la escuela y en los propios hogares, puesto que los niños/adolescentes que los sufren suelen destacar por pasar inadvertidos. En parte, porque sus síntomas son más difíciles de observar que otros más visibles como los trastornos de conducta y, a menudo, pasan desapercibidos para sus maestros y sus padres. Sin embargo, como señalan Del Barrio y Carrasco (2009) en un excepcional curso del programa FOCAD del COP denominado Detección y prevención de problemas psicológicos emocionales en el ámbito escolar, las consecuencias de estos problemas pueden ser devastadoras, no sólo para la integración escolar de los niños, sino también para su adaptación social futura. En consecuencia, nos parece que es necesario priorizar las estrategias de detección temprana y prevención como práctica clínica usual y generalizada para que los niños con estos trastornos internalizados reciban de forma rutinaria la ayuda que necesitan, la cual no suelen solicitar motu propio.
En segundo lugar, existen diferentes antecedentes de investigación e iniciativas en política sociosanitaria y educativa que avalan la viabilidad del desarrollo y aplicación de programas de detección de trastornos mentales a través de Internet en el contexto escolar. Así, por ejemplo, una de las líneas estratégicas de los Estados miembro de la Unión Europea y del Pacto Europeo para la Salud Mental y el Bienestar de 2008 es mejorar la salud mental y el bienestar de los niños y adolescentes, subrayando la necesidad de crear servicios especializados en salud mental para niños y adolescentes en las escuelas. Por otra parte, existe un aumento espectacular de la investigación científica sobre la aplicación de Internet y las nuevas tecnologías a la psicología clínica. Por ejemplo, diríjase la mirada a los trabajos en España del equipo de Cristina Botella, que lleva años trabajando en el desarrollo de herramientas de tratamiento psicológico de diferentes trastornos apoyado en nuevas tecnologías, fundamentalmente con adultos, los trabajos de Vallejo Pareja y colaboradores de la UNED, que han demostrado la validez de pruebas clínicas de lápiz y papel aplicadas a través de Internet o los del equipo de Ezpeleta, que son el mejor exponente de estudios epidemiológicos y de factores de riesgo a largo plazo utilizando una aplicación informatizada. También se cuenta con cada vez más evidencia empírica que avala la viabilidad de este tipo de procedimientos para mejorar la salud mental de niños y adolescentes.
Sin embargo, muy pocos estudios han abordado el estudio de la utilidad de programas de chequeos/revisiones periódicas y/o de detección temprana de los problemas de salud mental en niños y adolescentes a través de Internet. De ahí que nos pareciera que existía una pregunta o problema de investigación que podía realizarse: ¿erá fiable, válido, viable y útil aplicar un programa de detección de problemas psicológicos emocionales a través de Internet en el contexto escolar español?
En cuanto al desarrollo de este proyecto, ¿podría especificarnos cuáles son las fases de implantación del mismo? ¿En qué momento se encuentran?
La primera fase ha consistido en el desarrollo de la plataforma Web para aplicar los cuestionarios de detección de problemas emocionales. Esta fase está prácticamente finalizada. Puede visitarse la Web informativa, www.detecta-web.com/blog/, que centraliza la gestión del proyecto. La segunda fase se ha desarrollado recientemente, consistiendo en el desarrollo de un cuestionario para la detección de los problemas emocionales principales y la realización de un estudio piloto para poner a prueba este instrumento, así como la usabilidad de la Web, etc. |
La tercera fase comenzará a principios del próximo curso. A partir de octubre, comenzaremos el estudio para ver la precisión diagnóstica de la prueba, aplicando entrevistas diagnósticas a una muestra representativa de forma simultánea a la encuesta online.
La cuarta fase radicará en la aplicación efectiva del programa de detección a una muestra representativa de la provincia de Alicante de unos 2000 escolares entre 12 y 18 años. Esto nos llevará a generar los informes individuales y las derivaciones a servicios especializados a través de los padres, en los casos que sea pertinente.
Este proyecto se ha puesto ya en marcha en algunos centros escolares, ¿podría adelantarnos algunos de los resultados encontrados?
Ya disponemos de una Web-blog, donde está centralizada toda la información del estudio, y un sistema para preparar las encuestas: www.detecta-web.com/blog/
.Hemos desarrollado una escala, fruto de la adaptación y modificación del Web Screening Questionnaire for Common Mental Disorders (WSQ; Donker et al., 2009), que hemos denominado Cuestionario de Screening Web Infantil (CSWI) para los Trastornos Mentales Emocionales (Childhood Screening Web Inventory CSWI- for Emotional Mental Disorders).
En este momento, contamos con datos de un estudio piloto llevado a cabo para realizar un análisis preliminar de la prueba empleada y de la usabilidad de la Web.
La muestra empleada fue de unos 200 adolescentes, de entre 14 y 18 años, homogénea en cuanto al sexo y el nivel socioeconómico.
Los primeros datos de estructura factorial y propiedades psicométricas indican que se obtiene una estructura de 9 factores (para los 10 problemas incluidos), buena consistencia interna y correlaciones muy altas con las escalas equivalentes de la versión española del Revised Children for Anxiety and Depressión Scale de Sandín et al. (2008). De igual modo, el punto de corte seleccionado (> centil 80) para estimar cuántos chicos presentan sintomatología elevada indica que el cuestionario detecta a un 20% de los sujetos encuestados. Estos datos coinciden con estudios previos e indican que un 20% de los adolescentes entre 14 y 18 años muestra sintomatología ansiosa y/o depresiva elevada.
¿Cuáles serán los siguientes pasos del Proyecto Detecta-Web? ¿Qué resultados esperan encontrar en un futuro cercano? ¿Qué aplicaciones se derivarán de este proyecto?
Los siguientes pasos seguirán el cronograma previsto en cuanto a las fases del estudio.
Además, en la actualidad, estamos tratando de obtener financiación para poder ampliar el estudio a niños de 8 a 12 años y a población clínica de nuevos usuarios de Centros de Salud Mental Infantil y Adolescente de la Comunidad Valenciana, con el fin de ampliar la utilidad del programa.
Todo esto podrá dar lugar a una herramienta informatizada que permita la detección precisa de problemas emocionales en niños y adolescentes de forma breve, precisa y fiable.
A su juicio, ¿cuáles serían los beneficios de integrar al psicólogo educativo en el ámbito escolar?
Creo que es fundamental su inserción en los distintos niveles educativos como especialistas o expertos, más allá del papel como docentes. Esto posibilitaría al menos dos tipos de actividades: (1) los psicólogos educativos podrían dar respuesta a la amplia gama de problemas de aprendizaje que tienen lugar en el ámbito escolar. Así podrían dedicarse a detectar, evaluar, diagnosticar y tratar las diferentes problemáticas relacionadas tradicionalmente con el rendimiento escolar; y, (2), además, podrían ampliar su foco de atención a los problemas de salud mental (que también se relacionan con los mencionados problemas de aprendizaje), centrándose en funciones de detección, prevención e intervención temprana y derivación de los casos más graves a centros sanitarios, persiguiendo la tan deseada coordinación de servicios socio-educativo-sanitarios y la atención integral de la salud del niño y del adolescente.
Para finalizar, ¿le gustaría realizar algún comentario más?
Me gustaría agradecer el interés mostrado por Infocop, si bien es preciso subrayar que todavía este proyecto está en sus fases iniciales y está casi todo por hacer. Por tanto, recibiremos cualquier sugerencia o comentario con mucho gusto.
También me gustaría resaltar la necesidad de contar con cierta conciencia y actitud positiva de toda la sociedad, en general, y de los padres y profesores, en particular, en el sentido de que este estudio y otros persiguen optimizar los recursos sociosanitarios y educativos para atender la salud mental infantil y adolescente. Lejos de tratarse de psicologizar los comportamientos de nuestros menores, se trata de desarrollar herramientas lo suficientemente potentes como para advertir síntomas problemáticos en niños y adolescentes y poner remedio cuando antes. En cierto modo, es una idea similar a las revisiones periódicas pediátricas que se planifican desde los servicios sanitarios para controlar condiciones físicas en niños y adolescentes. ¿Plantean dichas revisiones alguna reserva o desconfianza en la sociedad? No parece ser el caso.
También somos conscientes de que podría existir el temor a sobrecargar los servicios especializados en atención a la salud mental infanto-juvenil. Lejos de buscar esto, pretendemos detectar sólo aquellos problemas que merecen atención por su gravedad.
Además, una de las potenciales de este trabajo es que podría permitir detectar grados o niveles de sintomatología emocional negativa y desarrollar programas y/o recomendaciones ajustadas para tratarlos en la línea de las guías NICE (National Institute for Health and Clinical Excellence), que, como todos saben, son recomendaciones sobre los principios que deben guiar el tratamiento, los aspectos clave del proceso de identificación y evaluación de los problemas y sobre las intervenciones basadas en la evidencia científica, avaladas por el NICE. Dichas guías indican, entre otras cosas, tratamientos basados en la evidencia en función de la gravedad de los síntomas de cada trastorno y recomiendan un tipo de intervención de mayor o menor intensidad en función de ello. Por ejemplo, en el caso de alguno de los trastornos mentales más comunes
, muchos de los cuales debutan en la adolescencia (depresión, trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de pánico, trastorno obsesivo-compulsivo, estrés post-traumático y trastorno de fobia social), estas recomendaciones pueden indicar desde intervenciones individuales de baja intensidad con marcado carácter de autoayuda facilitada -basada en los principios de la terapia cognitivo-conductual- o terapia cognitivo-conductual asistida por ordenador para sintomatología subclínica o trastornos de gravedad leve, hasta tratamientos cognitivo-conductuales en formato individual o grupa aplicados en combinación con psicofármacos en casos moderados o graves.Para finalizar, desearía subrayar que detrás de este estudio está también el resto del equipo de investigación AITANA de la Universidad Miguel Hernández de Elche, como son los profesores José Pedro Espada Sánchez, Mireia Orgilés Amorós y José Luis Carballo Crespo; y las investigadoras Mariola García Olcina (Máster Universitario en Terapia Psicológica con Niños y Adolescentes de la UMH) y Tíscar Rodríguez Jiménez (Máster en Psicología de la Salud).
Más información en:
Proyecto Detecta-Web.
Grupo de investigación AITANA.