Resiliencia y espiritualidad: recursos para el abordaje del sufrimiento en cuidados paliativos
7 Mar 2018
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) define los cuidados paliativos (CP) como «el enfoque que mejora la calidad de vida de pacientes y familias que se enfrentan a los problemas asociados con enfermedades amenazantes para la vida, a través de la prevención y alivio del sufrimiento, por medio de la identificación temprana y la impecable evaluación y tratamiento del dolor y otros problemas físicos, psicológicos, sociales y espirituales». En esta situación de final de vida la persona se enfrenta a la amenaza de su propia finitud, y cobra vital importancia la percepción de recursos que puedan ayudarle a hacerle frente. Dentro de las funciones que desempeña el psicólogo de cuidados paliativos está el trabajo con este tipo de recursos. Es múltiple la bibliografía sobre este campo de la psicología y poco a poco se va desmembrando la realidad implicada. Dentro de nuestro equipo de trabajo nos planteamos valorar si dos de los recursos que clínicamente se nos muestran como más certeros estarían relacionados en pacientes en fase final de vida, ambos recursos son la resiliencia y las necesidades espirituales. Los estudios con otras poblaciones muestran una estrecha relación entre resiliencia y necesidades espirituales, ambas variables conformarían gran parte del bienestar emocional en los pacientes al final de la vida. | |||||
La resiliencia, se conceptualiza como un constructo que hace referencia a la capacidad del ser humano para sobreponerse a la adversidad, recuperarse y salir fortalecido, por tanto puede ser un gran recurso ante esta situación de final de vida. La resiliencia se convertiría así en un elemento protector frente al sufrimiento. Tradicionalmente el estudio de la resiliencia se ha centrado en otros campos como la oncología, los profesionales sanitarios o en cuidadores informales. Potenciar este tipo de afrontamiento en pacientes al final de la vida ayudaría a contrarrestar los niveles de sufrimiento de las personas que se encuentran en este momento vital. Desde el punto de vista técnico podría convertirse en un elemento central sobre el que pilotar la mejora de la situación emocional y consecución de bienestar. Alcanzar el alivio del sufrimiento necesita también del complejo entramado espiritual de la persona. Satisfacer las necesidades espirituales favorece tanto la percepción de salud como el bienestar psicológico de las personas, por tanto en cuidados paliativos es un gran aliado frente al sufrimiento. Este elemento no está únicamente relacionado con la experiencia religiosa sino con la vertiente más existencial del ser humano, tanto a nivel interpersonal o en relación con los otros, como intrapersonal y transpersonal. Son necesidades frecuentes la búsqueda de sentido a la existencia y a su devenir, sentirse amado y amar, buscar el encuentro con los otros o reconciliarse, obtener el perdón o perdonar, legar, fundirse con realidades superiores o repasar lo que ha significado lo vivido. En base a todo lo anterior, realizamos un trabajo donde se buscaba analizar la relación entre resiliencia y espiritualidad en sus tres dimensiones (intrapersonal, interpersonal y transpersonal) en pacientes que se encuentran ingresados en una unidad de cuidados paliativos de un hospital de media estancia (Hospital Virgen de la Poveda-SERMAS). En él, confirmamos dicha relación. Estableciéndose una vinculación más importante entre resiliencia y la dimensión espiritual intrapersonal, en otros estudios la relación más relevante aparecía para la dimensión interpersonal. La dimensión intrapersonal expresada a través de la búsqueda de sentido ha probado ser de gran relevancia que suelen aflorar en momentos límite, de intenso sufrimiento, como son la enfermedad o la cercanía de la muerte. En este contexto, se facilita ese proceso de búsqueda, en el que se trata de dotar de sentido a la propia vida, pero también al sufrimiento de ese momento, revisando su biografía y elaborando un legado para sus allegados (Breitbart, 2002 ).
Diferentes investigaciones muestran que también la resiliencia puede ser trabajada y entrenada. Se han desarrollado grupos de terapia para el entrenamiento de la resiliencia y el manejo del estrés, en los que mediante terapia cognitivo-conductual y, usando la resiliencia como mecanismo, se enseña a los pacientes a redirigir sus percepciones sobre eventos estresantes y focalizarse en el crecimiento personal (por ejemplo, aceptación, propósito o gratitud) y el ajuste a las situaciones cambiantes del proceso vital (Loprenzi et al., 2011). Este trabajo confirma la necesidad de los equipos de cuidados paliativos de seguir trabajando en relación a estos dos conceptos, prestando atención al campo espiritual de la persona y ofreciendo soporte desde el inicio de la vinculación terapéutica y al mismo tiempo entrenar este tipo de afrontamiento con enfermos y cuidadores, para en última instancia conseguir un abordaje y afrontamiento resiliente de la situación de final de vida. El artículo completo puede leerse en la revista Psicología y Salud:Redondo, T., Ibáñez, C. y Barbas, S. (2017). Espiritualmente resilientes. Relación entre espiritualidad y resiliencia en cuidados paliativos. Clínica y Salud, 28, 117-121. | |||||
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