Recomendaciones para prevenir la obesidad en niños y adolescentes, según la OMS
10 May 2016
La obesidad infantil está alcanzando proporciones alarmantes en muchos países y supone un desafío urgente y serio. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por las Naciones Unidas en 2015, establecen como prioridad la prevención y el control de enfermedades crónicas. Dentro de estas, la obesidad es un factor de riesgo especialmente preocupante, que tiene el potencial de menoscabar muchos de los beneficios de la salud que han contribuido al incremento de la esperanza de vida. La prevalencia de la obesidad en niños y adolescentes está aumentando en todo el mundo. En números absolutos, encontramos más niños con sobrepeso y obesidad en países de bajos y medianos ingresos que en los países de altos ingresos. Este grave problema tiene serias implicaciones en la vida del niño, afectando a su bienestar físico, social y psicológico, y es un conocido factor de riesgo de desarrollar enfermedades crónicas y tener obesidad en la adultez. Así lo afirma la Comisión para acabar con la obesidad infantil de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un informe, a través del cual ofrece a los gobiernos una serie de recomendaciones orientadas a revertir la creciente tendencia de los niños menores de cinco años al sobrepeso y la obesidad. | |||
Según alertan los autores, la obesidad durante la infancia tiene graves consecuencias sobre la salud física -complicaciones musculoesqueléticas, ortopédicas, dificultades del sueño, etc.-, y mental -puede conllevar las dificultades emocionales y de la conducta, como depresión, y afectar a su desempeño escolar y sus relaciones sociales-, y constituye una causa directa de morbilidad. Para hacerle frente, señalan, es necesario abordar el entorno obesogénico así como los diferentes elementos críticos del ciclo vital. A este respecto, el documento recuerda que la prevención y el tratamiento de la obesidad requieren de un enfoque global por parte del gobierno, en el que las políticas en todos los sectores tengan en cuenta sistemáticamente la salud, evitando impactos perjudiciales para la misma, y, por lo tanto, mejorar la salud de la población y la equidad sanitaria. Para tal fin, la Comisión presenta en este informe un paquete completo e integrado de propuestas para hacer frente a la obesidad infantil. El texto recoge las siguientes recomendaciones, que han mostrado ser eficaces, rentables y asequibles según la evidencia científica:
A razón del documento, los servicios de Atención Primaria tienen un papel clave en la detección e intervención temprana de la obesidad, así como de las posibles complicaciones asociadas como, por ejemplo, un trastorno diabético. La Organización alerta de la posibilidad de que los niños con sobrepeso puedan sentirse discriminados, y se muestra tajante al afirmar que cualquier forma de discriminación es inaceptable y debe ser erradicada, por lo que considera esencial prestar una especial atención al ámbito de la salud mental infanto-juvenil, teniendo en cuenta múltiples aspectos como la estigmatización o el bullying. Tal y como figura en el informe, la materialización de las acciones anteriores, es una responsabilidad compartida entre la OMS, las organizaciones internacionales, los estados miembros, las organizaciones no gubernamentales, el sector privado, las fundaciones benéficas y las instituciones académicas, puesto que sin una implicación común ni una responsabilidad conjunta, las intervenciones rentables y bien planificadas tienen un alcance y un impacto limitados. El informe completo se encuentra disponible en inglés a través del siguiente enlace: http://apps.who.int/iris/bitstream/10665/204176/1/9789241510066_eng.pdf?ua=1 |