El rol del psicólogo mediador como coordinador de parentalidad en las separaciones conflictivas

4 Abr 2013

COP Catalunya

La Sección de Alternativas de Resolución y Gestión de Conflictos (ARC) del COP Catalunya, apuesta por introducir en Catalunya la figura del coordinador de parentalidad (CP) para ayudar a las familias con alta conflictividad en los procesos de separación y divorcio a reorganizar la transición. El psicólogo coordinador de parentalidad, ha de tener formación y experiencia en mediación, conocimientos de dinámicas familiares postseparación complejas y desarrollo infantojuvenil, así como en trastornos de personalidad, drogodependencias y adicciones, violencia familiar, y de conceptos legales y legislación vigente.

Con el divorcio, aumentan emociones como la tristeza, la rabia y la angustia, además de dificultades de comunicación y conflictos, que se potencian durante el proceso de litigio.

Se calcula que entre un 8-15% de las parejas que se separan, no consiguen minimizar la conflictividad pasados dos o tres años del divorcio. Recurren a las demandas y al litigio para resolver sus disputas, repercutiendo en un alto coste económico y emocional. Es precisamente este reducido grupo el que se beneficia de la coordinación de parentalidad. En la conferencia, se revisaron las principales directrices de la Association for Families and Conciliation Courts (2006) y de la American Psychological Association (2012) de Estados Unidos, aspectos relacionados sobre la ética y práctica de la CP, como qué profesionales pueden ejercer la CP, la formación necesaria y otros puntos de interés. La intervención de los especialistas en el proceso de coordinación de parentalidad, tiene habitualmente una duración de un año o año y medio, y se hace siguiendo las pautas marcadas por un contrato previo muy detallado que se mostró en el curso de la conferencia.

A. Morrone (izqda) y D. de Abate (dcha), ponentes de la Jornada, junto a Connie Capdevila, coordinadora de la misma.

En la jornada, desarrollada los días 21 y 22 de febrero, se contó con dos prestigiosos expertos internacionales de la mediación y coordinación de parentalidad, los canadienses Aldo Morrone y Dominic De Abate. Morrone, es mediador familiar y coordinador del Consensus Mediation Center de Montreal, mientras De Abate dirige esta institución y es uno de los iniciadores del proyecto piloto de coordinación de parentalidad de la Superior Court de Montreal. Entre los asistentes a la jornada, se encontraban representantes de puntos de encuentro, del Servicio de Asesoramiento Técnico en el ámbito de Familia (SATAF), dependiendo de la Consejería de Justicia y miembros de la magistratura.

De Abate abrió la jornada centrándose en revisar los orígenes y la definición de lo que es la coordinación de parentalidad. Su origen se remonta en los Estados Unidos, durante la década de los 90, de la frustración de los magistrados de no poder ayudar a familias donde el conflicto no se resolvía con un mandamiento judicial, ni había funcionado previamente la mediación familiar u otras intervenciones que eran efectivas en casos de separación o divorcio. Estas familias, siendo un 10% del total aproximado, llegaban a emplear un altísimo porcentaje de los recursos de los juzgados debido a sus frecuentes litigios. Además, en aquellos años, los estudios sobre las consecuencias del divorcio en los niños concluyeron que el conflicto interparental era el principal causante de los problemas psicológicos que presentaban los hijos.

La investigación sobre intervenciones de los CP, indican que el número de comparecencias judiciales disminuye considerablemente, reduciendo el coste por la justicia y por las familias. De aquí que, en los últimos diez años, el rol e implementación social de los coordinadores de parentalidad haya crecido de manera casi exponencial en todos los estados.

El CP ayuda a los padres a implementar o modificar el plan de parentalidad. El modelo de CP que presentaron estos dos especialistas, está centrado en los niños, y combina el enfoque orientado a soluciones –creado por Steve de Shazer–, la perspectiva sistémica con consideraciones de cariz ecosistémico y el modelo integrativo ideado por Debra Cartero.

Aldo Morrone revisó algunos mitos de las separaciones, como que las separaciones tienen que ser amigables, que la vida de los niños no tiene que cambiar, o que las cosas pueden mejorar con el tiempo. A continuación, habló extensamente sobre los nuevos tipos de familias surgidas después de las separaciones o divorcios, y la necesidad de incluir a los hijos y nuevas parejas en el proceso de mediación o de coordinación de parentalidad. Mostró vídeos de intervenciones con niños que reflejaban las dinámicas familiares, y puso especial énfasis en la importancia de enfocar en las excepciones del conflicto, es decir, explorar cuando no tiene lugar la dinámica conflictiva.

Los participantes, tanto magistrados como psicólogos mediadores, pudieron contribuir comentando los casos más difíciles y se hizo evidente que, en todos ellos, la coordinación de parentalidad podía ser de gran ayuda. Los expertos hicieron pequeños grupos con role playing. Se destacó la importancia de encontrar las cualidades positivas de los participantes a pesar de mostrar alta conflictividad.

Al final del primer día se contó con la presencia de Josep Vilajoana, decano del COP Catalunya, que agradeció la presencia de los expertos, haciendo patente la importancia de esta nueva figura en el ámbito de la gestión y resolución de conflictos, así como de la necesidad de colaborar con otros profesionales del ámbito jurídico.

El segundo día, el Dr. De Abate se centró al describir con detalle el proceso de CP, desde el momento en que es designado, hasta el final hacia los doce o dieciocho meses aproximadamente. Describió la tarea del CP, así como las herramientas más efectivas para trabajar con estas familias en cada una de las cuatro fases del proceso de coordinación de la parentalidad: inicial, de implementación, de mantenimiento y final, ilustrando un caso concreto.

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