NUEVAS TECNOLOGÍAS, ¿NUEVOS PROBLEMAS?- ENTREVISTA A XAVIER SÁNCHEZ-CARBONELL
17 Jul 2008
De manera continua, los medios de comunicación advierten de las graves repercusiones que puede tener el uso excesivo de las nuevas tecnologías (Internet y móvil), sobre todo, entre los jóvenes. La alarma social, que ha generado la demanda de ayuda psicológica por parte de determinados usuarios de la red o del móvil, ha impulsado el debate en la comunidad científica sobre la conveniencia de la consideración de dichos problemas como trastornos clínicos. |
Las razones que se esgrimen a favor de la consideración de estos comportamientos como patológicos incluyen la existencia de síntomas comunes a otras conductas adictivas, como un «uso excesivo» que afecta a la satisfacción de necesidades básicas (por ejemplo, privación de sueño por el uso de Internet), «abstinencia» (aparición de sentimientos de depresión, ansiedad ante la imposibilidad de hacer uso de las tecnologías), «tolerancia» (entendida como la necesidad creciente de aumentar el tiempo de exposición a Internet para sentirse satisfecho), y «consecuencias negativas» en la vida de la persona (como deterioro de las relaciones sociales, absentismo laboral, etc.).
Los detractores a la consideración de la adicción a Internet y al móvil como trastornos mentales, señalan que estas conductas son sólo manifestaciones secundarias a otras adicciones principales, es decir, una forma nueva de expresar adicción al sexo, al trabajo, a las compras o al juego patológico, y/o que deben considerarse simplemente aficiones desmedidas o hábitos inadecuados que no cumplen los criterios para considerarse patológicos.
La adicción a las nuevas tecnologías es también un tema de debate en nuestro país. En el último número de la revista Adicciones, se incluye un artículo en relación a esta cuestión titulado: La adicción a Internet y al móvil: ¿moda o trastorno? Con el objetivo de profundizar en este tema, Infocop Online ha querido entrevistar para sus lectores a Xavier Sánchez-Carbonell, doctor en Psicología por la Universitat Ramón Llull y uno de los autores del artículo.
ENTREVISTA
¿A qué nos estamos refiriendo cuándo hablamos de adicciones a las nuevas tecnologías?
La adicción a las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC) es un trastorno adictivo que cursa con dependencia psicológica, y que puede causar efectos perjudiciales para la salud. La dependencia psicológica incluye el deseo, ansia o pulsión irresistible (craving), la polarización o focalización atencional, la modificación del estado de ánimo y la incapacidad de control e impotencia.
¿Disponemos de datos fiables sobre la prevalencia de estas conductas en nuestro país?
Se han realizado varios estudios en nuestro país para evaluar la adicción a Internet y al móvil, sobre todo, con población universitaria. Los resultados no son concluyentes porque, al tratarse de un fenómeno nuevo, existen problemas de validez. Los encuestados pueden confundir la adicción a una conducta con la dependencia a una tecnología y pueden connotar positivamente la palabra adicción. Hasta el momento, nuestros datos apuntan a que un 6% de los jóvenes universitarios podrían realizar un uso frecuentemente problemático de Internet y un 3,5 % del móvil. Estos resultados indican que no se trata de una epidemia y que, como mucho, podríamos hablar de una minoría de personas que durante periodos más o menos prolongados de sus vidas pueden desarrollar síntomas clínicos que, en muchos casos, se corregirán por sí solos en un plazo limitado de tiempo.
En su revisión establecen una diferenciación sobre la importancia de las repercusiones que el uso desadaptativo de Internet puede tener frente al uso desadaptativo del móvil, ¿cuáles son las características o consecuencias que diferencian ambas conductas?
En nuestra opinión, el uso desadaptativo de Internet y el del móvil son conductas adictivas de diferente intensidad. A pesar de provocar dependencia psicológica, pérdida de control y consecuencias negativas, debido a la duración e intensidad de los síntomas, en el caso del móvil no pasaría de ser una conducta perjudicial mientras que con Internet podría diagnosticarse adicción de características similares a las causadas por una droga. Otra diferencia esencial es que el móvil no permite el juego de identidades, la disociación, el anonimato, la ausencia de consecuencias en la vida real, las proyecciones y la comunicación hiperpersonal posibles en Internet, y que son potencialmente adictivas debido a la rapidez con la que producen cambios emocionales.
La controversia sobre la consideración de la adicción a Internet y al móvil como problemas patológicos es un debate de actualidad. A través del análisis de la literatura científica al respecto, ¿cuál es la conclusión que se puede extraer de su revisión? ¿Considera que disponemos de evidencias suficientes para incluir estas categorías en las futuras revisiones de los manuales diagnósticos?
La adicción a Internet merece ser reconocida en el DSM-V. Probablemente se especificará si se trata de una adicción a juegos de rol en línea y a chats (más relacionados entre sí de lo que parece a simple vista), y se distinguirá del uso de Internet para otras adicciones conductuales como, por ejemplo, el juego patológico a través de Internet. |
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En su artículo, señalan que la aparición de conductas problemáticas asociadas al uso excesivo de Internet o del móvil se ve influenciado por determinadas características personales, ¿cuáles serían los grupos de mayor riesgo para el desarrollo de ambos problemas?
Tal como hemos comentado, es más probable que los problemas aparezcan en personas en situaciones estresantes de su vida o con necesidades especiales temporales, los que buscan estimulación sexual, en personas aquejadas de trastornos psiquiátricos y/o trastornos de personalidad, en adolescentes y estudiantes, o finalmente, en nuevos usuarios. En muchos casos, el uso desadaptativo de Internet se corregirá por si solo en un plazo limitado de tiempo.
Para terminar, ¿desea añadir algo más al respecto?
Desde un punto de vista psicológico, es importante destacar que el debate sobre la adicción a Internet ha sido útil para reconsiderar las adicciones conductuales (como sexo, juego, compra) en el marco del futuro DSM-V y para profundizar en los trastornos del control de impulsos y en un posible espectro impulsivo-compulsivo.