RELACIONES FAMILIARES, ADOLESCENCIA Y EDUCACIÓN – CONCLUSIONES DE UN ESTUDIO SOBRE LA REALIDAD MADRILEÑA
21 Feb 2008
El pasado 19 de febrero de 2008, la directora general de Familia, Blanca de la Cierva y Mª José Díaz Aguado, Catedrática de Psicología de la Educación de la Universidad Complutense, presentaron las principales conclusiones del informe Las Familias de Madrid ante la adolescencia y su educación. Cómo mejorar la convivencia y prevenir el acoso escolar y otras formas de violencia, un estudio realizado conjuntamente por la Consejería de Familia y Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid y la Unidad de Psicología Preventiva de la de la citada universidad.
En esta investigación, llevada a cabo con 1.433 padres y 2.699 adolescentes madrileños, se concluye que el problema que más preocupa en la actualidad a las familias madrileñas con hijos e hijas adolescentes gira en torno a la necesidad de ayudarles a mejorar el aprendizaje escolar y prevenir que fracasen, con un 20,9% del total de los hogares consultados. A esta preocupación le sigue la de evitar la influencia negativa de las nuevas tecnologías, con un 11,2% y la de lograr que sus hijos e hijas respeten las normas en casa, con un 10,2%. Asuntos como el bullying (7%) o el consumo de drogas (3,1%) son temas objeto de menor preocupación para padres y madres. |
Relaciones padres-hijos
Con respecto a las relaciones entre adultos y menores en el ámbito familiar, el 54,6% de los padres y el 36,3% de los adolescentes son partidarios de resolver los conflictos familiares entre todos, «tratando de llegar al mejor acuerdo posible». Además, nueve de cada diez menores perciben confianza y apoyo en su familia y el 96,4% de los adolescentes afirman que «mis padres están siempre que los necesito».
A pesar de estos datos, las dificultades en las relaciones entre padres e hijos aumentan a medida que lo hace la edad de los chavales, es por ello que, el 68% de los padres están algo/bastante/o muy de acuerdo conque «desearían que sus vástagos fuesen siempre pequeños». Además, la mitad de los adultos entrevistados reconocen que tiene «muchos problemas para controlar a su hijo» y un 63,5% de las familias son partidarias de«a veces pegar una bofetada para que aprendan«, antes situaciones «críticas». En opinión de la Catedrática en Psicología de la Educación, este dato revela que hay falta de alternativas al castigo físico para hacer respetar las normas.
Por su parte, ante la pregunta sobre qué temas suscitan conflictos familiares con más frecuencia, los adolescentes destacan el desorden en su habitación, con 81,8% del total de jóvenes entrevistados; las notas, con un 76,9%; y las peleas entre hermanos, con un 73,9%. Relaciones familia-escuela |
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Si tenemos en cuenta la valoración global que jóvenes y adultos hacen con respecto a la relación entre familia-escuela, la percepción es bastante positiva en términos generales. Así, el 83,6% de los adolescentes afirman que su familia está bastante o muy contenta con el centro escolar al que acuden, frente al 89,1% de los adultos. Sólo el 2,7% de los y las adolescentes expresan que su familia no está nada contenta con el centro. En contraste con estos resultados, el 30% de los padres y madres madrileñas que han participado en el estudio opinan que en el centro escolar al que acuden sus hijos se dan pocas o ninguna oportunidad de participación a las familias.
En este sentido, Mª José Díaz Aguado destacó en la rueda de prensa la necesidad de mejorar la colaboración familia-escuela, así como la importancia de incidir en la prevención de problemas posteriores de los adolescentes desde primero de la ESO. En opinión de la Catedrática de la Universidad Complutense de Madrid, el nivel de colaboración familia-escuela va disminuyendo gradualmente, a medida que los y las jóvenes van pasando de curso. Además, «la calidad de las relaciones y comunicación en la familia son mejor percibidas entre los adolescentes de primero de la ESO que en cursos posteriores», aclaró Díaz Aguado.
La violencia en las escuelas
Al preguntar al adolescente cuál es el papel que suele desempeñar cuando en la escuela insultan o pegan a un compañero, el estudio revela que en el 75,5% de los casos, el o la adolescente se posiciona en contra de la violencia. Además, el 47,5% del alumnado se atreve a intentar cortar la situación, «aunque no sea amigo de la víctima»; el 18,6% de las y los entrevistados reconocen mostrarse indiferentes, en tanto que no participan en los hechos violentos pero tampoco los rechazan con claridad; y el 6% manifiesta participar en los actos violentos.
Al respecto, Díaz Aguado refería que la percepción de la violencia y el acoso escolar ha ido cambiando en los últimos tiempos, a raíz del caso de Jokin, el niño que se suicidó hace 4 años como consecuencia de la violencia de la que fue objeto por parte de un grupo de compañeros de su escuela. En este informe también se concluye que cada vez existe mayor conciencia en las familias de que la violencia escolar es fruto del entorno familiar, social y escolar y de que no podrá ser erradicada si no se ataja las demás formas de violencia.
Relaciones entre iguales e integración en los centros Con respecto a las relaciones que mantienen los adolescentes en sus grupos de iguales, el 91,5% de los alumnos se sienten muy integrados, el 90% considera que cae bien a sus compañeros y el 75,6% refiere llevarse bien con sus profesores. Como contrapartida, en torno al 2% de los jóvenes, manifiestan sentirse solos. |
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Otro dato relevante es que, «a menudo o muchas veces», el 3,11% de los niños se sienten rechazados, hecho éste que apuntaría directamente al acoso psicológico y la violencia escolar, tal y como remarcó Díaz Aguado en la presentación del informe.