ANSIEDAD SOCIAL ESPECÍFICA Y GENERALIZADA: ¿VARIANTES DEL MISMO TRASTORNO O CATEGORÍAS CON CARACTERÍSTICAS SIMILARES?
18 Oct 2007
Ihab Zubeidat (1), Antonio Fernández Parra (2), Juan Carlos Sierra (2) y José María Salinas (2)
(1) UNED y (2) Universidad de Granada
En la actualidad existe acuerdo sobre la existencia de dos entidades dentro de la ansiedad social: 1) ansiedad social generalizada, caracterizada por el miedo a la mayoría de las situaciones sociales, y 2) ansiedad social específica, que hace referencia a un miedo circunscrito a situaciones sociales concretas, tales como hablar, comer o beber en público. |
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Existe un interés por ofrecer una separación más sólida entre ambos subtipos, especialmente en lo que respecta a la prevalencia, factores demográficos, comorbilidad y diagnóstico diferencial, lo que dio lugar a una distinción cuantitativa versus cualitativa. Los precursores de la orientación cuantitativa defienden que las dos formas de ansiedad social no constituyen categorías diferentes, sino que existe un continuo de severidad entre ellas, mientras que los de la orientación cualitativa consideran que las dos formas constituyen trastornos diferentes. No obstante, los criterios de separación han sido poco claros, ya que cada autor ofrece un criterio diferencial atendiendo a sus objetivos, los instrumentos de evaluación empleados, tipo (normal versus clínica) y procedencia (anglosajona versus española) de la muestra de estudio. Ante la escasez de investigaciones que aborden esta distinción en población infanto-juvenil, el interés del presente trabajo radica en la novedad relativa de la elección de una muestra de jóvenes escolarizados.
El objetivo principal del estudio fue evaluar las características diferenciales entre la ansiedad social específica y generalizada en una muestra de adolescentes españoles. Participaron 1.012 estudiantes de Enseñanza Secundaria de la provincia de Granada (España), que fueron evaluados en su entorno escolar mediante una serie de pruebas que miden variables demográficas, ansiedad social, competencias psicosociales y distintos problemas clínicos. Dentro de esta muestra fueron establecidos dos grupos de ansiedad social (específica, n = 50; generalizada, n = 38), en función de un doble criterio cuantitativo aplicado sobre la Escala de Ansiedad en Interacción Social (SIAS). El grupo de ansiedad social específica incluyó a los jóvenes con una puntuación igual o mayor a la media más una y media desviaciones típicas (40,34) en la SIAS, y que además habían contestado a diez o menos situaciones sociales (ítems de la SIAS) con alta ansiedad (valorada en 3 ó 4); el grupo de ansiedad social generalizada estaba formado por los sujetos con una puntuación igual o mayor a 40,34 en la SIAS que respondieron con alta ansiedad a 11 o más situaciones sociales. Este criterio cuantitativo nos permitió determinar grupos con niveles clínicos de ansiedad social, pudiendo identificar sólo al 6,06 de la población como individuos con niveles patológicos de ansiedad social.
Los resultados indican que los jóvenes con ansiedad social específica y generalizada presentan más similitudes que diferencias entre ellos respecto a las variables evaluadas, ya que no se encontraron diferencias en cuanto a las variables demográficas y competencias psicosociales. Hay que señalar que, hasta el momento, se dispone de pocos estudios que hayan abordado las diferencias entre ansiedad social generalizada y específica respecto a este tipo de variables, y los pocos resultados existentes hacen referencia a suposiciones generales relacionadas con la naturaleza de los subtipos de ansiedad social, no presentando diferencias concretas entre los mismos. Estos resultados nos hacen pensar que la naturaleza básica de los subtipos de ansiedad social podría ser similar, habiendo poca claridad en la distinción de los mismos. Sin embargo, pensamos que habría que buscar diferencias más concretas entre ambos subtipos en próximos estudios. En definitiva, estos resultados no nos permiten concluir acerca de posibles diferencias demográficas y psicosociales, en población infanto-juvenil, entre la ansiedad social generalizada y la específica. Tampoco se han encontrado diferencias en los índices clínicos relacionados con la ansiedad y con el estado de ánimo depresivo. En este caso, resaltamos el hecho de que estos índices podrían no mantener una relación directa con las situaciones de actuación e interacción social. Las únicas diferencias significativas encontradas fueron obtenidas en las variables referidas a la actuación e interacción en situaciones sociales, donde los adolescentes con ansiedad social generalizada puntuaron más alto que los que presentaban ansiedad social específica. Parece ser que el patrón de las diferencias en los niveles de ansiedad va asociado a las propias situaciones de actuación e interacción social. Tal como esperábamos, este tipo de índices son los que distinguen a los jóvenes con ansiedad social generalizada de los que presentan ansiedad social específica. Además, los jóvenes con ansiedad social generalizada refieren más ansiedad social total que aquéllos con ansiedad social específica, coincidiendo con estudios previos.
Estos resultados van en la línea de los encontrados en muestras anglosajonas de población adulta, lo que dificulta la comparación de los mismos con los nuestros. Por todo ello, consideramos que es importante ahondar más en el conocimiento relativo a la distinción entre los subtipos de ansiedad social (básicamente, generalizada y específica) en población infanto-juvenil respecto a factores demográficos, psicosociales y distintos problemas clínicos, una vez que se hayan obtenido grupos de ansiedad social claramente definidos mediante distintos criterios de separación.
Este trabajo se basa en el artículo aparecido en la revista International Journal of Clinical and Health Psychology: Zubeidat, I., Fernández-Parra, A., Sierra, J.C. y Salinas, J.M. (2007). Specific and generalized anxiety: Variants of the same disorder or different categories with similar characteristics?. International Journal of Clinical and Health Psychology, 7 (3), 709-724.
Sobre los autores:
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Ihab Zubeidat, es Doctor en Psicología e Investigador de Psicología Clínica de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Educación a Distancia. Sus investigaciones se centran en el campo de la ansiedad social en población infanto-juvenil. |
Antonio Fernández Parra, es Profesor Titular del Dpto. de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad de Granada y Director de la Unidad de Psicología Clínica de la Facultad de Psicología de esa misma universidad. Sus trabajos se centran en el análisis clínico de la conducta, así como en la evaluación y tratamiento psicológico de niños y adolescentes. |
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Juan Carlos Sierra, es Profesor Titular de Evaluación Psicológica en la Facultad de Psicología de Granada y responsable de la emisión de informes psicológicos en la Unidad de Psicología Clínica de la Universidad de Granada. Sus investigaciones se centran en el campo de la evaluación psicológica, especialmente en el área clínica. | |
José María Salinas, es Doctor en Matemáticas y Profesor Titular de Metodología de las Ciencias del Comportamiento de la Facultad de Psicología de Granada. |
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