El suicidio: primera causa externa de muerte durante el primer semestre de 2020, según el INE
7 Ene 2021
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado los datos sobre defunciones por causa de muerte correspondientes al año 2020. Dicha Estadística proporciona información anual sobre los fallecimientos acaecidos dentro del territorio nacional, atendiendo a la causa básica que los determinó, de acuerdo con la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Si bien la Estadística de defunciones por causa de muerte es una operación con carácter anual, la situación excepcional de la pandemia y la necesidad de información detallada sobre las causas de muerte ha llevado a modificar el calendario de publicación del INE. Así, hoy se ofrece un avance de la información de los meses de enero a mayo de 2020, en comparación con el mismo periodo del año 2019. Tal y como señala el INE en nota de prensa, el total de defunciones producidas en nuestro país durante el período de enero-mayo de 2020, fue de 231.014 defunciones, 43.537 más que en el mismo periodo del año anterior (un 23,2% más). Por sexo, fallecieron 115.541 hombres (un 21,9% más) y 115.473 mujeres (un 24,6% más). |
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Se observa una variación en el número de fallecimientos en este período, con distinta tendencia en los meses de enero y febrero -donde desciende el número de defunciones un 4,3%-, y en los de marzo a mayo -en los que se registra un incremento en este número de un 44,8% (con 47.105 más)-. La mayoría de las muertes se deben a causas naturales (enfermedades): en los cinco primeros meses de 2020 fallecieron 225.164 personas por estas causas, lo que representa el 97,5% del total. Esta cifra es un 24,4% mayor que la del mismo periodo del año anterior, siendo más acentuado este aumento en los meses de marzo a mayo (47,2%). Por el contrario, las causas externas registraron un descenso del 10,7% en los cinco primeros meses del año, que alcanzó el 17,8% entre marzo y mayo. Con respecto a las principales causas de muerte por grupos de enfermedades, los trastornos mentales y del comportamiento se sitúan como la sexta causa de muerte, con un 4,2% del total, por detrás de las enfermedades del sistema circulatorio (que se mantienen como primera causa de muerte, con el 23,0% y una tasa de 112,2 fallecidos por cada 100.000 habitantes), seguidas de las enfermedades infecciosas -que incluyen la COVID-19 virus identificado y la COVID-19 sospechoso-, con el 20,9% del total (y una tasa de 102,0), los tumores (con el 20,4% del total y una tasa de 99,6), las enfermedades respiratorias (con el 10,0% y una tasa de 48,9 fallecidos por cada 100.000 habitantes) y las enfermedades del sistema nervioso y de los órganos de los sentidos (con el 5,4% del total). Según explica el INE en referencia a la información sobre las defunciones relacionadas con la COVID-19 en esta Estadística, en marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) incorporó dos nuevos códigos a la Clasificación Internacional de Enfermedades en vigor (CIE-10): COVID-19 virus identificado para caracterizar las defunciones en las que se había identificado que el fallecido tenía esta patología y COVID-19 virus no identificado (sospechoso) para referirse a las muertes en las que no se había podido identificar el virus en el fallecido, pero en las que el médico sospechaba que lo podía tener, al mostrar síntomas compatibles con la enfermedad. La Estadística se elabora en base a los Certificados Médicos de Defunción y a la aplicación de las normas de la OMS. Se registra un incremento considerable en las muertes causadas por enfermedades infecciosas en comparación con los cinco primeros meses de 2019. A este respecto, el 67,5% de las defunciones de este grupo en 2020, correspondió a COVID-19 virus identificado y el 26,9% a COVID-19 sospechoso. Tal y como se observa con el total de fallecimientos, la cifra de muertes por grupos de enfermedades principales refleja distinta tendencia en los meses de enero y febrero -en los que el número de fallecimientos debidos a enfermedades del sistema circulatorio y a enfermedades del sistema respiratorio descendieron un 5,1% y un 11,9%, respectivamente-, frente al periodo de marzo a mayo -en el que se observa un aumento de un 4,0% en las muertes por enfermedades del sistema circulatorio, mientras que las ocasionadas por tumores (que en el primer período no varían) y las enfermedades del sistema respiratorio se reducen un 0,6% y un 1,2%, respectivamente. De igual modo, las defunciones debidas a trastornos mentales descendieron un 9,45% en enero y febrero, y se incrementaron un 0,64% entre los meses de marzo y mayo. Según el género, los tumores fueron la primera causa de muerte en los hombres (con una tasa de 121,7 fallecidos por cada 100.000 hombres), seguida de las enfermedades infecciosas (tasa de 106,3) y las enfermedades del sistema circulatorio (tasa de 105,3). En el caso de las mujeres, las enfermedades del sistema circulatorio constituyeron la primera causa de mortalidad femenina (118,8 muertes por cada 100.000 mujeres), seguida de las enfermedades infecciosas (tasa de 97,9) y los tumores (tasa de 78,3). De forma específica, la COVID-19 del grupo de enfermedades infecciosas, fue la causa de muerte más frecuente en los cinco primeros meses de 2020. En el caso de COVID-19 virus identificado fallecieron 32.652 personas (con una tasa de 68,8 por cada 100.000 habitantes) y en el de COVID-19 sospechoso (síntomas compatibles con la enfermedad) murieron 13.032 personas (con una tasa de 27,5). Asimismo, los médicos han certificado en 4.218 casos que la causa de muerte no ha sido directamente la COVID-19, sino que su muerte ha sido debida principalmente a otras causas, en las que la COVID-19 ha contribuido al fallecimiento de dichas personas, como comorbilidad. En 1.655 casos los facultativos lo habían identificado y en 2.563 casos no lo habían hecho, pero sospechaban de su presencia por tener síntomas compatibles con la enfermedad. Los datos del INE revelan que las defunciones a causa del COVID-19 se concentraron en edades avanzadas: el 87,1% de los fallecidos por COVID-19 virus identificado tenía 70 o más años y el 89,2% de COVID-19 sospechoso tenía 75 o más. En función del lugar de ocurrencia, las muertes por COVID-19 virus identificado se produjeron, principalmente, en centros hospitalarios (76,4% del total), mientras que el mayor número de fallecimientos por COVID-19 sospechoso se dio en residencias sociosanitarias (55,6% del total). Entre las complicaciones y comorbilidades más frecuentes en muertes por coronavirus, la insuficiencia respiratoria y la neumonía fueron las complicaciones más frecuentes informadas en los certificados de defunción. La principal comorbilidad de las personas que fallecieron por COVID-19 y que fueron informadas por los médicos en el certificado médico de defunción fue la enfermedad hipertensiva, seguida de la insuficiencia renal en el caso de las defunciones de COVID19 virus identificado y de la demencia en aquellas defunciones por COVID-19 sospechoso. Las cifras muestran que, además de las 32.652 defunciones por COVID-19 virus identificado, esta enfermedad estuvo presente como comorbilidad en otros 1.655 fallecimientos. Las principales causas de muerte directa en estas muertes fueron las enfermedades isquémicas del corazón (132 fallecimientos), el cáncer de bronquios y pulmón (96) y las enfermedades cerebrovasculares (92). Por su parte, se observa que el COVID-19 sospechoso contribuyó a la muerte como comorbilidad sin ser la causa directa en 2.563 defunciones más, aparte de los 13.032 fallecimientos registrados por este motivo. Entre las principales causas de muerte en los fallecimientos de COVID-19 sospechoso como comorbilidad, se encuentran las enfermedades isquémicas del corazón (162 fallecimientos), las enfermedades inferiores de las vías respiratorias (151) y la demencia (149). El INE señala que, durante los meses de enero a mayo de 2020 el número de fallecidos en residencias se incrementó un 72,5% respecto al mismo periodo del año anterior (hubo 18.036 más), en domicilios se elevó un 21,3% (10.014 más) y en centros hospitalarios un 18,3% (18.917 más). En las residencias, el grupo de los trastornos mentales, que incluye fundamentalmente a la demencia, se situó en cuarta posición, con el 8,3% de las defunciones, por detrás de las enfermedades infecciosas (que fueron el principal motivo de muerte con 32,7% de los fallecimientos), las enfermedades del sistema circulatorio y las del sistema nervioso (20,7% y 10,0% del total, respectivamente). En comparación con los cinco primeros meses de 2019 el INE pone de relieve los incrementos de fallecimientos en residencias por trastornos mentales y de comportamiento (un 17,8% más), por detrás de las enfermedades del sistema nervioso (un 25,7% más). Asimismo, se registra un aumento en las defunciones en domicilios por trastornos mentales y del comportamiento de un 3,8%, frente al año 2019. Con respecto a los fallecimientos por causas externas, durante el periodo de enero a mayo de 2020 se produjeron 5.850 muertes, lo que supuso 698 menos que en el mismo periodo del año anterior (un 10,7% menos). Por sexo, fallecieron por estas causas 3.556 hombres (un 13,2% menos) y 2.294 mujeres (un 6,4% menos). El suicidio se mantuvo como la primera causa de muerte externa durante los cinco primeros meses de 2020, con 1.343 fallecimientos registrados, un 8,8% menos que en el mismo periodo del año anterior. Lamentablemente, tal y como se ha venido observando en los últimos años, el suicidio continúa siendo la primera causa de muerte externa en nuestro país. Esto pone de relieve la urgente necesidad de implementar en España un Plan Nacional para la Prevención de este grave problema de salud pública (definido así por la OMS), inexistente aún hoy día en nuestro país. Precisamente, la redefinición de los objetivos y acciones de prevención del suicidio, así como la mejora de su conceptualización para el desarrollo de medidas eficaces que puedan hacer frente a este grave problema, son algunas de las líneas estratégicas recogidas en la actualización de la vigente Estrategia Nacional de Salud Mental, del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. A este respecto, en septiembre de 2019, la ministra de Sanidad adelantó que el documento con la actualización de la Estrategia se encontraba en una fase muy avanzada. Y puso de relieve el firme compromiso del Ministerio con el abordaje del suicidio, considerando imprescindible la visibilización de esta realidad y la ruptura del tabú que aún existe en torno a este grave problema de salud pública. En este sentido, entre los objetivos prioritarios de la nueva Estrategia, señaló la sensibilización y mejora de la información a la población general, mediante acciones de concienciación promovidas por instituciones públicas, medios de comunicación y entidades sociales dedicadas a la causa, así como el fomento de la detección precoz del riesgo suicida, mejorando, para ello, el acceso y atención en los servicios sanitarios públicos. Entre las medidas expuestas en esta línea, indicó la intención de desarrollar una red de atención telefónica coordinada e integrada para mejorar el abordaje en casos de conducta suicida, y la promoción de la elaboración de procesos asistenciales integrados de atención a las personas en riesgo de suicidio. En este contexto, una de las medidas más eficaces que ha venido planteando el Consejo General de la Psicología en los últimos años, es la incorporación de psicólogos clínicos en Atención Primaria, lo que facilitaría tanto la detección precoz como la prevención de este grave problema, en este primer nivel asistencial de la salud. Para acceder a la nota de prensa, pincha el siguiente enlace: |