Principales causas de muerte y discapacidad en el mundo según la OMS

10 Feb 2021

Actualmente, siete de las 10 principales causas de muerte en el mundo son enfermedades no transmisibles, lo que constituye un incremento con respecto a 2000, año en que las enfermedades no transmisibles eran cuatro de las 10 principales causas de muerte.

Así se desprende de las Estadísticas Sanitarias Mundiales 2019 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), unas estimaciones que proporcionan los datos más recientes disponibles a partir del año 2000 para indicadores relacionados con la salud, incluida la esperanza de vida, la esperanza de vida saludable, la mortalidad y la morbilidad, así como la carga de enfermedades a nivel mundial, regional y nacional, desglosados por edad, sexo y causa.

Según la OMS, al ofrecer información clave sobre las tendencias de mortalidad y morbilidad, estas estimaciones constituyen una herramienta poderosa para respaldar la toma de decisiones informadas sobre políticas de salud y asignación de recursos.

Autor: Artem Podrez Fuente: pexels Fecha descarga: 10/12/2020

A continuación, recogemos los principales resultados del informe:

Principales causas de muerte a nivel mundial

Las principales causas de muerte a nivel mundial, ordenadas por el número total de vidas perdidas, se asocian con tres temas generales: cardiovasculares (cardiopatía isquémica, accidente cerebrovascular), respiratorias (enfermedad pulmonar obstructiva crónica, infecciones de las vías respiratorias inferiores) y afecciones neonatales, que incluyen asfixia y trauma al nacer, sepsis e infecciones neonatales y complicaciones del parto prematuro.

Los datos revelan que las enfermedades no transmisibles se han vuelto más prominentes con la enfermedad de Alzheimer y otras demencias, así como la diabetes, que se ubican entre las 10 principales causas en 2019, mientras que las enfermedades transmisibles están disminuyendo y tanto el VIH/SIDA como la tuberculosis ya no se encuentran entre las 10 primeras.

La cardiopatía isquémica es la principal causa de muerte tanto en 2000 como en 2019, y ahora está ocasionando más muertes que nunca. Según las cifras, desde el año 2000, ha experimentado el mayor aumento de muertes, incrementándose en más de 2 millones a casi 9 millones de muertes en 2019.

Las infecciones de las vías respiratorias inferiores representaron el mayor número de muertes en la categoría de enfermedades transmisibles. Esto no ha cambiado desde 2000. Las infecciones de las vías respiratorias inferiores son la cuarta causa principal de muerte en 2019, si bien el número de muertes ha disminuido de 3.0 millones en 2000 a 2.6 millones en 2019.

El VIH/SIDA ha pasado de ser la octava causa principal de muerte en 2000 a situarse en el puesto 19 en 2019, lo que refleja el éxito del diagnóstico oportuno y el tratamiento y control efectivos. La tuberculosis también ha bajado del séptimo lugar en 2000 al 13 en 2019, con una reducción del 30% en las muertes mundiales. Sin embargo, sigue siendo una de las 10 principales causas de muerte en las regiones de África y Asia Sudoriental, y África ha experimentado un ligero aumento de las muertes desde 2000, seguido de una disminución que solo ha comenzado en los últimos años.

Entre las 10 principales causas de muerte en 2000, las muertes por afecciones neonatales y enfermedades diarreicas han experimentado la mayor disminución mundial en números absolutos.

Los avances en la prevención y el tratamiento de las enfermedades transmisibles (especialmente “las que tienden a matar a los más jóvenes”) han ocasionado su disminución en relación con las enfermedades no transmisibles y las lesiones. Este progreso ha llevado al envejecimiento de la población mundial, una tendencia que continuará a medida que más personas vivan durante más tiempo. A nivel mundial, 7 de las 10 principales causas de muerte en 2019 son enfermedades no transmisibles (frente al año 2000 en que las ENT eran 4 de las 10 causas).

Principales causas de discapacidad a nivel mundial

La mortalidad por sí sola no ofrece una imagen completa de la carga general de morbilidad. Esto se calcula utilizando el año de vida ajustado por discapacidad (AVAD), una medida de carga de la enfermedad global que combina los años potenciales de vida perdidos (APVP) más los años vividos con discapacidad (AVD) dentro del proceso salud enfermedad y se expresa como el número de años perdidos debido a enfermedad, discapacidad o muerte prematura.

Los datos referentes a este punto indican que los AVAD debidos a enfermedades transmisibles como el VIH/SIDA y las enfermedades diarreicas se han reducido en un 50% desde 2000.

Los AVAD por diabetes han aumentado en más del 80% entre 2000 y 2019, y los AVAD por la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia casi se han duplicado entre 2000 y 2019.

En 2019, se han registrado 55,4 millones de muertes y 2,5 mil millones de años de vida saludables perdidos en todo el mundo. Aproximadamente, 3 de cada 5 personas, murieron por las mismas 10 causas.

Si bien los AVAD debidos a enfermedades transmisibles se han reducido en un 40% desde 2000, las cinco principales enfermedades y lesiones no transmisibles por sí solas han añadido casi 100 millones de años a los AVAD mundiales de 2000 a 2019, destacando aquí la diabetes, para la cual los AVAD han aumentado en más del 80%.

A pesar de la disminución general de los años de vida ajustados por discapacidad, el número de años que la población mundial vive con discapacidad (AVD) ha aumentado en 210 millones de años en 2019 en comparación con el año 2000, compensando en parte la disminución de más de 360 millones de años de vida perdidos debido a muerte prematura (AVP). La diabetes, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, los accidentes cerebrovasculares, los traumatismos causados por accidente de tráfico, la enfermedad de Alzheimer y otras demencias, la cardiopatía isquémica y el cáncer son los principales contribuyentes a este aumento, así como a las causas mundiales de muerte.

Destaca que tanto la causa de muerte como los AVAD debido a la enfermedad de Alzheimer y otras demencias van en aumento, duplicándose los AVAD para estas afecciones en casi todas las regiones y grupos de ingresos.

Europa, concretamente, es la única región donde las caídas accidentales se encuentran entre las 10 principales causas de AVAD. Solo una enfermedad transmisible (infecciones de las vías respiratorias inferiores) figura entre las diez principales causas de muerte de Europa. En la región europea se ha detectado una reducción de los suicidios y los traumatismos causados por accidente de tráfico, ambos situándose con anterioridad entre las 10 principales listas de muerte y discapacidad. De 2000 a 2019, las muertes por suicidio en Europa han bajado de la séptima causa de muerte a ser la 17.

Atendiendo al género, las muertes globales anuales y los AVAD entre las mujeres son aproximadamente un 15% más bajos que entre los hombres. Sin embargo, las mujeres han pasado alrededor de un 20% más de años viviendo con discapacidad (AVD).

En las últimas dos décadas, el mayor aumento de muertes de mujeres ha sido debido a la enfermedad de Alzheimer y otras demencias. Se ha registrado aproximadamente un 80% más de muertes y un 70% más de AVAD en mujeres que en hombres.

En comparación, los hombres se han visto afectados de manera desproporcionada, en términos de número absoluto de muertes, por enfermedades prevenibles como la tuberculosis, el cáncer de pulmón, los trastornos por consumo de alcohol y los traumatismos por accidente de tráfico. En este caso, la proporción entre hombres y mujeres del número total de muertes y AVAD oscila entre, aproximadamente, 1,5 para la tuberculosis (AVAD) y 4,9 para el trastorno por consumo de alcohol (muertes).

A nivel mundial, la esperanza de vida ha aumentado en más de 6 años entre 2000 y 2019, pasando de 66,8 años en 2000 a 73,4 años en 2019. Si bien la esperanza de vida saludable también ha aumentado en un 8% (de 58,3 en 2000 a 63,7 en 2019), para la OMS, esto se debe principalmente a la disminución de la mortalidad y no a la reducción de los años vividos con discapacidad.

La Organización Mundial lamenta que, pese a la importancia de los datos de mortalidad y morbilidad desglosados ​​por edad, sexo y ubicación geográfica para ayudar a orientar la asignación de recursos para la investigación en salud y los servicios de salud, con demasiada frecuencia estos datos siguen estando críticamente ausentes, no informándose regularmente de ellos, especialmente en los países de ingresos más bajos.

A este respecto, recuerda que los responsables de la toma de decisiones de todo el mundo dependen de datos fiables y oportunos, incluida la causa de muerte y la discapacidad, para dar una respuesta eficaz a las circunstancias epidemiológicas cambiantes. Un hecho que se ha visto claramente durante la pandemia mundial de COVID-19, cuando dichos datos “han sido vitales para evaluar el impacto en la salud pública”.

De este modo, el seguimiento de la cifra de personas que mueren cada año, y la cantidad de años de vida saludable que se han perdido debido a una discapacidad ayuda a evaluar la eficacia de los sistemas de salud y respalda la toma de decisiones oportuna y eficaz. Asimismo, la OMS afirma que estos datos pueden ayudar a enfocar las respuestas de múltiples sectores: desde el apoyo a la salud mental (para la detección temprana de condiciones de salud mental y mayor acceso al tratamiento y la atención) hasta el transporte (para abordar los traumatismos causados ​​por el tránsito) hasta la alimentación y la agricultura (para abordar el aumento de la prevalencia de la diabetes y otras enfermedades relacionadas con la nutrición).

La Organización ha adelantado que la próxima actualización de estas estimaciones incluirá una evaluación del impacto directo e indirecto de la pandemia COVID-19 sobre la mortalidad y la morbilidad.

Tal y como ha señalado su Director General, Tedros Adhanom Ghebreyesus, estas nuevas estimaciones son un recordatorio más de que “necesitamos intensificar rápidamente la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades no transmisibles”, al poner en evidencia la trascendencia de acometer una mejora drástica en la atención primaria de salud, de manera equitativa e integral. Sin lugar a dudas, ha manifestado, “la robustez de la atención primaria de salud es la base sobre la que descansa todo, desde la lucha contra las enfermedades no transmisibles hasta la gestión de una pandemia mundial”.

Fuente: OMS

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