Barreras y facilitadores del empleo de las personas con Trastornos del Espectro del Autismo, según un estudio
25 May 2018
En la actualidad una gran parte de las mujeres y hombres con TEA encuentran grandes dificultades para acceder y mantener un puesto de trabajo, aun disponiendo de la cualificación necesaria para desarrollarlo. Cuando lo hacen, suelen encontrar condiciones laborales precarias, con empleos inestables y sin apenas perspectivas de desarrollo o promoción laboral. Así lo indica la Confederación Autismo España en su último estudio Empleo y Trastorno del Espectro del Autismo: Un potencial por descubrir, un estudio de investigación social sobre la situación del empleo y la inclusión laboral de las personas adultas con TEA en el contexto español, desde la perspectiva de las personas que forman parte de este colectivo, de sus familias y de los/las profesionales que les facilitan apoyos. | |||
Los objetivos de esta investigación, que ha contado con el apoyo de las entidades que forman parte de la Confederación y con la financiación de la Asociación de Artistas, Intérpretes y Ejecutantes (AIE), son fundamentalmente, generar conocimiento sobre la situación actual de las personas adultas con trastornos del Espectro del Autismo que se encuentran en edad laboral y sobre sus experiencias (o ausencia de las mismas) en relación con el empleo, y analizar cuáles son las barreras y facilitadores de la contratación de estas personas en el mercado laboral ordinario, considerando diversos puntos de vista (la propia persona, la empresa, las organizaciones especializadas ), identificando los factores clave que pueden contribuir a favorecerla. A continuación, presentamos las principales conclusiones del estudio: – La apuesta por el empleo constituye una prioridad para las personas con TEA, sus familias y también para las entidades que les facilitan apoyos, así como un importante reto para la sociedad es su conjunto. El empleo contribuye no sólo a mejorar la calidad de vida de los hombres y las mujeres con TEA, sino también a reconocer y hacer efectivo el derecho a la igualdad de oportunidades. – Algunas de las características esenciales que definen el TEA son elementos de gran valor en el ámbito laboral y suponen una ventaja para el desarrollo de determinados puestos de trabajo: a modo de ejemplo, rasgos como la meticulosidad, la atención por los detalles, honestidad, creatividad, la preferencia por la rutina, la memoria, las buenas competencias en tareas mecánicas y repetitivas que requieren un alto nivel de concentración, hacen que las personas con TEA sean excelentes candidatas a puestos que requieran tareas relacionadas con el detalle y precisión (por ej., control de calidad, trabajo de investigación, mecanización de datos o procesamiento de textos), actividades donde hay un procedimiento claro para seguir (como archivo, almacenaje, biblioteca o clasificación), o tareas rutinarias y estables (como puede ser cadenas de montaje, etc.). – Actualmente, la mayor parte de las personas adultas con TEA se encuentran desempleadas. Pese a su motivación para acceder al empleo, son uno de los colectivos que afronta más barreras para conseguirlo. Muchas de estas barreras se relacionan con la ausencia de programas específicos de apoyo, y de manera muy significativa, con la ausencia de oportunidades en el tejido empresarial y con los prejuicios existentes en torno a este tipo de trastorno. – En España, el desarrollo de políticas públicas y actuaciones dirigidas específicamente al colectivo es muy limitado, y aún más con respecto a la etapa adulta de la vida de los hombres y las mujeres con TEA. Asimismo, las fuentes estadísticas oficiales no recogen adecuadamente la información sobre este colectivo, por lo que no se dispone de datos reales sobre la dimensión de su realidad (sus características sociodemográficas, su situación laboral…), si bien las cifras internacionales señalan que entre el 70% y el 90% de las personas con TEA adultas no disponen de un empleo (Autismo Europa, 2014). – La mayor parte de los apoyos que las personas con TEA disfrutan en su vida adulta provienen de su ámbito familiar y también, aunque en menor medida, de las entidades del movimiento asociativo; sin embargo, el estudio pone de relieve la existencia de grandes limitaciones para dar respuesta a la enorme y heterogénea demanda, por lo que muchas personas adultas con TEA se ven privadas de los apoyos y recursos que necesitan para llevar a cabo una vida independiente. – Las políticas actuales se orientan, en gran medida, a potenciar fórmulas o servicios dirigidos al empleo protegido, en detrimento de actuaciones que favorezcan el acceso y mantenimiento de un puesto de trabajo en la empresa ordinaria. Tampoco la normativa que regula los programas de empleo con apoyo incorpora adecuadamente las necesidades de las personas con TEA, lo que hace que, en numerosas ocasiones, no puedan verse beneficiadas por los mismos. – Se ha detectado un impulso e incremento de los programas y sistemas de apoyo a la inclusión laboral de las personas con TEA por parte de las entidades vinculadas al movimiento asociativo. Este aumento, unido a la mayor visibilidad social que el TEA ha experimentado en los últimos años, hace posible albergar una expectativa positiva en relación con la concienciación de la sociedad y del tejido empresarial sobre las capacidades laborales de las personas con TEA y también sobre el incremento de oportunidades que, poco a poco, se puedan alcanzar. – Es esencial que la educación formal e informal que disfrute la persona a lo largo de su desarrollo le proporcione no sólo la cualificación técnica recomendada para un puesto o sector profesional, sino también las competencias necesarias para el afrontamiento de la vida adulta. Por ello, los autores del estudio demandan una educación que combine la enseñanza teórica con la práctica, basada en un modelo de formación dual que acerque la educación a entornos laborales reales y que facilite también la adquisición de las competencias comunicativas, sociales y adaptativas necesarias para el desempeño laboral. Para tal fin, consideran trascendental que se mantenga una perspectiva evolutiva de los objetivos a alcanzar y de los apoyos que pueda precisar la persona en cada etapa de su ciclo vital, orientándolos en todo momento a promover el desarrollo de sus capacidades personales, y también su inclusión y participación en la comunidad. Asimismo, hacen hincapié en la importancia de promover una adecuada orientación vocacional y el diseño de itinerarios formativos y profesionales personalizados, con el objetivo de favorecer la transición exitosa a la vida adulta, y guiar a los y las estudiantes hacia los ámbitos individuales de interés y competencias. Su desarrollo, a juicio de los autores de este informe, contribuirá a prevenir el fracaso escolar y a favorecer el tránsito entre las diferentes etapas educativas, principalmente en aquellas vinculadas a la Educación Secundaria y postobligatoria. – Es necesario avanzar no sólo en la incorporación de las personas con TEA al entorno laboral, sino también en la defensa de su acceso en condiciones laborales dignas y, en la medida de lo posible, estables. La posibilidad de consolidar el puesto de trabajo suele ser muy relevante para cualquier persona, pero en el caso de las personas con TEA puede ser un elemento crucial a la hora de tomar decisiones que tendrán un impacto fundamental sobre su vida a largo plazo. – Una opción deseable para todas las personas entrevistadas, es el acceso al empleo ordinario, garantizando los apoyos que la persona pueda necesitar a lo largo de su trayectoria laboral. A este respecto, manifiestan que, en muchas ocasiones las alternativas de empleo protegido ni favorecen las competencias necesarias para la vida independiente, ni promueven la transición al mercado de ordinario trabajo. – También se valora positivamente la alternativa de acceder al mercado de trabajo ordinario a través del empleo público. Sin embargo, se subraya el escaso desarrollo de medidas de apoyo en el acceso (adaptación de pruebas de evaluación, flexibilización de la duración, etc.), o en el mantenimiento del puesto de trabajo, lo que genera desánimo y frustración en el caso de las personas con TEA, que destacan el enorme esfuerzo que requiere la preparación de este tipo de procesos, y la posibilidad de no superarlos por motivos ajenos a sus conocimientos técnicos sobre las materias. – El aumento de la demanda en el desarrollo de apoyos al empleo de las personas con TEA parece coincidir con pequeños avances en la concienciación del tejido empresarial a favor de la incorporación de las personas con discapacidad en sus empresas; no obstante, la apuesta de contratación por parte de las mismas sigue siendo reducida, viéndose determinadas por prejuicios sociales y falsas creencias. En el caso concreto de las personas con TEA, éstas se relacionan especialmente con la impresión de que una persona con TEA va a estar menos cualificada y que la actividad que pueda desarrollar va a resultar menos productiva. – En estos procesos resulta clave la figura del agente de empleo o del profesional de apoyo que acompaña a la persona con TEA en la incorporación, desarrollo, y mantenimiento del puesto de trabajo. Este perfil profesional es esencial como referencia para la empresa, convirtiéndose en un elemento fundamental en la relación entre ésta y la persona con TEA trabajadora. Se puede acceder al informe desde la página Web de Autismo España, o bien directamente desde el siguiente enlace: Empleo y Trastorno del Espectro del Autismo: Un potencial por descubrir |