A pesar de la creciente preocupación social que el problema del acoso escolar viene suscitando y de la evidencia científica que alerta de su mayor impacto en colectivos vulnerables, como pueden ser las/los adolescentes implantados cocleares, lo cierto es que en España no ha sido elaborado todavía ningún estudio específico en este sentido.
Así lo afirma un estudio llevado a cabo por la Federación de Asociaciones de Implantados Cocleares de España, junto con la Asociación No al Acoso Escolar y la Universidad de Santiago de Compostela, con el fin de dimensionar el problema del acoso escolar y ciberacoso entre jóvenes y adolescentes implantados cocleares en nuestro país, de cara a una mejor comprensión de la situación y orientar adecuadamente las políticas de prevención e intervención necesarias.
Para ello, se contó con una muestra de 229 personas (102 adolescentes de entre 11 y 26 años, y 127 progenitores) de 11 Comunidades Autónomas principalmente de la Comunidad de Madrid, Cataluña, Aragón y País Vasco-, a las que se entrevistó bien a través de una plataforma online, o bien personalmente.
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A continuación, recogemos algunas de las conclusiones más importantes del estudio:
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La prevalencia estimada de acoso escolar entre la población infanto-juvenil de implantados cocleares en nuestro país es de 23,5% (un 10,8% de forma ocasional y un 12,7% de forma severa). El porcentaje estimado de agresores es sensiblemente menor (un 8,8%).
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La prevalencia de ciberacoso (a través de Internet) se estima en 8,8% (un 5,9% ocasionalmente y un 2,9% de forma severa). El porcentaje de agresores se sitúa en 6,9%.
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Casi 2 de cada 3 implantados cocleares reconocen que en su centro hay algún caso de acoso escolar o ciberacoso, lo que indica, en opinión de los autores del estudio, que nos hallamos ante un problema más frecuente de lo que pudiéramos imaginar.
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Este problema afecta especialmente a los grupos de menor edad (especialmente en los últimos años de Educación Primaria y a lo largo de la enseñanza secundaria), y no desaparece en la Universidad.
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El acoso verbal es el más habitual, principalmente mediante comentarios negativos sobre la víctima (31,3%), rumores (26,5%), seguida de insultos directos y exclusión social.
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El 29,4% afirma que ha sufrido insultos al menos una vez en los últimos dos meses y el 25,5% haber sido excluido e ignorado por sus compañeros/as; sin embargo, el 18,7% manifiesta haber sufrido algún tipo de agresión física y el 10,8% amenazas.
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Se observa una pauta similar en el caso del ciberacoso (si bien con valores sensiblemente inferiores): los insultos (9,9%) y las descalificaciones (10,9%) son los más mencionados, seguido de la exclusión en la Red (9,8%).
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Los agresores suelen ser tanto hombres como mujeres, actúan en grupo de entre 2 y 5 adolescentes (o más de 5), suelen ser compañeros/as de clase, y sucede principalmente en el aula (75,9%), seguido del patio y pasillos del colegio/instituto (58,6%).
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Los posibles motivos de acoso más mencionados tienen relación con problemas de comunicación: el hecho de llevar algo que los demás no llevan (audífono/implante), las dificultades para hacerse entender, o porque sencillamente me tienen que repetir mucho las cosas.
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En aproximadamente la mitad de los casos, la reacción de los compañeros fue de inacción. En cerca del 24,1% de las situaciones le restaron importancia, y en 1 de cada 5 casos (20,7%) se burlaron de ellas/os.
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Las áreas de habilidades sociales y comunicación son las más afectadas por el acoso escolar, y las que requieren de un trabajo específico con las y los adolescentes.
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Las consecuencias del acoso son: empeoramiento del estado del ánimo así como de la autoestima, y una clara reducción en la interacción social. Resulta especialmente preocupante el efecto sobre la autoestima, sobretodo, considerando que ya el 84,3% de las y los adolescentes con implante coclear suelen presentar baja autoestima, independientemente de si han sufrido acoso escolar. Se observa también un impacto en la predisposición para ir al colegio, en el rendimiento académico, los hábitos de sueño y el apetito.
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El 40% de las y los adolescentes que sufren acoso escolar no lo cuentan nunca, o tardan varios meses hasta que se deciden a hacerlo.
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En muchas ocasiones, las familias viven ajenas a la problemática de acoso que sus hijos o hijas con implante coclear podrían estar sufriendo. Se subraya aquí la necesidad de un mayor esfuerzo de sensibilización, formación y apoyo, para que madres y padres puedan detectar de forma temprana un posible acoso y poder gestionarlo eficazmente.
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Los adolescentes buscan apoyo principalmente en las familias (en el 64,3% de los casos), seguido del profesorado (en el 45,7%). Los padres actúan como mediadores del problema, hablando con los docentes (65,6%), y como fuente de apoyo emocional (55,2%).
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Con respecto a la resolución de la situación de acoso, los y las adolescentes son bastante pesimistas: más del 60% considera que no se solucionó nada o más bien poco. La demanda principal es una mayor ayuda y comprensión por parte de los centros y los docentes.
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Los y las adolescentes detectan y conocen las conductas específicas negativas, pero no las reconocen en clave de acoso escolar o ciberacoso, debido tal vez -en opinión de los autores del informe-, a una normalización o aceptación de las mismas, o bien como mecanismo de defensa.
El informe pone de relieve la trascendencia de instaurar una verdadera cultura del acoso que permita desnormalizar la violencia en las aulas, y así poder avanzar hacia la prevención.
Para acceder al documento completo, pincha el siguiente enlace:
Estudio de acoso escolar en implantados cocleares
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