El uso de sanciones en el sistema de beneficios y el derecho al apoyo personalizado
Creemos que todas las personas que viven con un problema de salud mental deberían recibir apoyo para alcanzar una seguridad económica. Ya sea porque necesiten el apoyo del sistema de seguridad social o ayuda a la hora de reincorporarse a su puesto laboral u obtener un empleo remunerado, nadie debería tener que luchar para sobrevivir como resultado de su problema de salud mental. Sin embargo, demasiadas personas pierden sus empleos o se les niegan oportunidades en el mercado laboral debido a un problema de salud mental. Y con demasiada frecuencia, nuestro sistema de seguridad social trata a las personas sin dignidad y humanidad. Combinados, estos factores pueden contribuir o exacerbar los problemas de salud mental existentes.
Creemos que cualquier persona que viva con un problema de esta índole tiene derecho a recibir ayuda para trabajar, si así lo desea, y salir de la pobreza.
Los beneficios psicológicos y de salud de un trabajo de buena calidad están bien documentados. El desempleo es causa de angustia psicológica, e implica un incremento significativo de los síntomas de depresión y ansiedad, así como una reducción de los sentimientos de bienestar y autoestima. La inseguridad económica asociada con el desempleo y el trabajo inestable y mal retribuido pueden llevar también a una serie de graves y angustiosas consecuencias: una deuda incontrolable, tener que acceder a bancos de alimentos para subsistir, personas que pierden su hogar, familias con niños y jóvenes que crecen en la pobreza, etc.
Sin embargo, no se debe obligar a nadie con un problema de salud mental a buscar trabajo o a enfrentar la amenaza de que se reduzcan sus pagos de beneficios. No se ha demostrado que estas condiciones ni las sanciones funcionen o sean seguras para las personas con problemas de salud mental, y como resultado creemos que deben detenerse.
No se debe dejar a nadie en la pobreza por tener un problema de salud mental. Nos comprometemos a trabajar juntos para lograr evitar un final tan perjudicial como el que hemos visto que las sanciones pueden causar, y un comienzo hacia un significativo derecho a un apoyo eficaz, basado genuinamente en las necesidades de cada persona.